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ATLÁNTIDA FILM FEST 2017

Atlántida Film Fest 2017: 'People that are not me', 'Brothers of the night', 'En acabar' & 'Still life'

La ópera prima de la israelí Hadas Ben Aroya ha sido la triunfadora del Atlántida Film Fest 2017, título que repasamos junto a otros en nuestra segunda crónica del festival online de Filmin.

Por Javier Parra González 31 de Julio 2017 | 22:50

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Después de haber ganado el premio a la Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata de 2016, la película 'People that are not me', ópera prima de la israelí Hadas Ben Aroya, continúa imparable en su recorrido por los certámenes de nuestro país. Tras hacerse con el galardón Talents del D'A Film Festival de Barcelona, la propuesta de la actriz y directora fue la que se llevó el premio de la crítica del Atlántida Film Fest 2017.

El jurado, compuesto por los críticos de cine Aaron Cabañas, Denisse Lozano y Joaquín Vallet, premió la película "por su capacidad de riesgo a la hora de abordar la realidad social, psicológica y emocional de una joven israelí, a través de una estimulante propuesta de cine independiente proveniente de un país que conocemos muy poco, cinematográficamente, en Occidente". Así pues, el film coge el testigo de 'Depth Two', que consiguió hacerse con el mismo galardón en la edición del 2016 del Atlántida Film Fest.

A continuación, os dejamos con unas breves impresiones sobre las películas que pudimos ver en el mayor festival de cine online del mundo gracias a Filmin, la plataforma que promueve el visionado de un tipo de producciones de carácter independiente, las cuales sería un poco más complicado de ver si no fuera gracias a iniciativas como esta.

People that are not me

People that are not me

Definida como una suerte de cruce entre el cine de Xavier Dolan y la visión de la vida de Lena Dunham en 'Girls', Hadas Ben Aroya construye con su 'People that are not me' lo que bien podría definirse como un retrato generacional de la sociedad israelí.

Si bien cabe destacar la forma en la que la cineasta posa la mirada sobre su propia intimidad, también habría que tener en cuenta que nos encontramos ante un ejercicio que juega más en la liga del narcisismo que en el del costumbrismo. Ben Aroya construye el relato a través de sus propios ojos y vivencias, convirtiendo su propuesta en algo que funciona en perfecta sintonía con el título, ya que esas "personas que no son yo" quedarán constantemente en un segundo plano, pues lo único que parece interesarle a la directora es ser la protagonista absoluta de su historia, tal y como pasó (y ya le achacamos) a 'Júlia ist'.

Nota: 5

Lo mejor: La intención de su realizadora por plasmar su realidad.

Lo peor: Que se empeñe demasiado en ello.

Brothers of the night

Brothers of the night

Allá por el 2009, el austríaco Patric Chiha debutaba con 'Domaine', un drama en el que ponía sobre la mesa la ambigüedad de una relación entre una mujer encarnada por Béatrice Dalle y su sobrino. En su siguiente largometraje, 'Boys like us', volvía a centrarse en las relaciones entre sus personajes para hablarnos de la amistad entre tres treintañeros y el balance que hacían de sus vidas.

Ahora, apuesta por el documental en su nueva propuesta, 'Brothers of the night', título presentado bajo una máxima realista al que le pesa demasiado la forma en la que el realizador falsea la realidad que quiere hacernos pasar como tal. En ella, se nos cuenta la vida de un grupo de jóvenes gitanos búlgaros, llegados a una Viena que les acoge en su nocturnidad, convirtiéndose en chaperos que venden su cuerpo a cambio de dinero al mejor postor, pese a considerarse heterosexuales.

Como si quisiera imitar la forma en la que Rainer Werner Fassbinder creó un halo de culto con su 'Querelle', Chiha fuerza los engranajes de su historia apoyándose por completo en unos diálogos harto forzados por parte de sus protagonistas, los cuales restan de realismo al conjunto.

Nota: 4

Lo mejor: Se puede entrever cierto toque arty en su trasfondo.

Lo peor: Todo resulta demasiado forzado.

En acabar

En acabar

Thor Echevarría y Guillem Miró estrenaron de forma mundial su primer largometraje juntos como realizadores en el Atlántida Film Fest, y qué mejor lugar para hacerlo que el certamen que ha tenido sede en Mallorca, ya que lo que nos cuentan en 'En acabar' es una comedia en clave de road movie en la isla en cuestión.

Gori (Marc Joy) está decidido a que la última noche que pase en su tierra, antes de volver a Barcelona a estudiar, sea inolvidable, y por ello convence a sus amigos de toda la vida Guillem (Guiem Juaneda), Xim (Lluís Marquès) y su ex-novia Júlia (Montse Amer) para ir en busca de una chica de la que se enamoró perdidamente, Iruri (Joana Sureda), pese a que solo haya mantenido una conversación con ella.

Presentándonos a los personajes de la forma más natural posible, Echevarría y Miró reflejan en su historia lo que bien podríamos definir como costumbrismo juvenil, con el mallorquín como lengua y en la que no es difícil encariñarse con sus personajes, aunque se note que estamos ante un producto amateur que convierte sus carencias presupuestarias en la fórmula con la que posar la cámara junto a los protagonistas de esa inolvidable noche.

Nota: 6

Lo mejor: Es fácil empatizar con sus personajes, pese a sus defectos y virtudes.

Lo peor: Que se conforme con ser una comedia random veraniega.

Still life

Still life

Maud Alpi ya dejó claro en 2015 que lo suyo era lo de poner a un can como uno de los ejes principales para contar sus historias. En 'Drakkar', el perro (y su forma de contemplar el mundo) de la pareja de jóvenes protagonistas era uno de los principales ejes sobre los que giraba la película. Ahora, va un paso más allá y decide que sea la mirada del animal la que nos cuente una historia con la muerte como principal elemento.

En 'Still life' nos vamos hasta el día a día en un matadero, lugar donde los animales llegan por la noche a la espera de que llegue el momento de su paso a mejor vida. Entre los gritos y el sonido de las máquinas, un perro descubrirá con sus propios ojos todo el horror que se vive en ese lugar.

Alpi, quien también firma como escritor del guion junto a Baptiste Boulba, se arriesga a la hora de poner la visión del perro a la altura del espectador, quien se convierte en testigo directo de un ritual de muerte que el can comprenderá a medida que el espectador vislumbre una realidad de las que sobrecogen, pese a la tendencia a mirar hacia otro lado cuando la temática que nos presenta la película se pone sobre la mesa.

Nota: 7

Lo mejor: La capacidad de sobrecoger de algunas de sus secuencias.

Lo peor: Que haya quienes la tachen de panfleto animalista.