Imaginate estar en 2010, ser un friki de 'Star Wars' y navegar por tus webs favoritas comentando en foros, navegando por las noticias de la saga e interactuando con otros fans mientras, paralelamente en la misma web, se están dando operaciones de espionaje internacionales por parte del gobierno americano.
Pues bien, que 'Andor' tome nota, se ha destapado que la CIA usaba una web de Star Wars para contactar con agentes, aunque su intención no era librar a la galaxia de las garras del Emperador Palpatine, sino llevar a cabo operaciones secretas.
StarWarsWeb.net era aparentemente una página como cualquier otra que se creó alrededor de 2010 para acoger a los fans de la saga: cuotas de Yoda, anuncios de LEGO, sables láser y menciones a los videojuegos (Battlefront). Sin embargo, detrás de esta fachada intergaláctica se escondía un sistema encubierto donde, si escribías la contraseña indicada a lo Ethan Hunt, desbolqueabas una línea segura con los cuarteles de la CIA, al menos ese era el plan.

Trás un exhaustivo trabajo de Ciro Santilli, un periodista independiente dedicado a investigar todos los recovecos de internet, habló con 404media de su hallazgo, impulsado por un artículo de Reuters que se titulaba "America's Throwaway Spies", revelando un puñado de dominios sospechosos en 2022.
La idea puede parecer enrevesada al mismo tiempo que original, pero según parece no les salió nada bien. Como destapa el propio Santilli en su web personal que podéis visitar (OurBigBook), las agencias iraníes y chinas ya eran sabedoras de estos sitios por lo menos desde hace 10 años, lo que llevó a ejecuciones de agentes de la CIA entre 2010 y 2011, consecuencias trágicas.

La fuerza no les acompaña
La web de 'Star Wars 'no era el único sitio web rocambolesco que usó la CIA para comunicarse con sus agentes, y es que según parece también había webs de viajes, de comedia, de deportes extremos e incluso de fans de música brasileña.
Actualmente si escribes la dirección web de la página te redirige a la CIA, y la recolección de estos lugares por periodistas como Santilli y otros forenses digitales las consideran ahora como museos de internet que atestiguan la historia del lugar.