CRÍTICA

'Coartadas': Una comedia facilona por encima del bien y del mal

La nueva comedia de Martín Cuervo protagonizada por Jaime Lorente, Adriana Torrebejano y Leo Harlem viene cargada de mucho enredo, caos y demasiada acción.

Por Irene Bernal Martínez Más 28 de Noviembre 2025 | 09:00
Veo todas las pelis que puedo, pero no todas las que me gustaría ver

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'Coartadas'
'Coartadas' (Buendía Estudios)

En su cuarta película en menos de dos años, el sexto largometraje en su filmografía, Martín Cuervo repite el género con el que se ha ido familiarizando en sus últimos proyectos como director: la comedia. Aunque 'Coartadas' podría ser su comedia más comedia de todas, una señora "comedia española", como estereotípicamente se conoce, con todos los ingredientes: personajes alocados, caídas, gags que hemos visto mil veces y una historia de amor que irrumpe para pararlo todo, para fortalecerse entre el caos.

Tráiler 'Coartadas'

'Coartadas' nos presenta a Miguel (Jaime Lorente) , el joven dueño de una empresa que se ocupa de proporcionar coartadas a aquella personas que necesitan una, ya sea para tapar una infidelidad, una mentira piadosa, un descuido. A la vuelta de uno de sus encargos, mientras va conduciendo un coche fúnebre junto a sus dos trabajadores, atropella a Noelia (Adriana Torrebejano); solo un susto, sin daños mayores. El flechazo es instantáneo, ambos se gustan inmediatamente. Solo hay un problema: que Noelia odia las mentiras y Miguel se dedica a ellas como profesión. Puede pretender tener otro empleo pero, ¿durante cuánto tiempo? Todo se complica cuando ambos van a comer a casa de los padres de ella y resulta que su padre (Leo Harlem) es cliente de Coartadas.

Desde el principio, 'Coartadas' empieza siendo una comedia donde el enredo está en sus máximos históricos. Cuervo trata de juntar tantos elementos para enfatizar que, efectivamente, es un lío y que eso es lo divertido, que el caos termina por comerse la gracia.

Coartadas
Coartadas

Lo tenemos todo para repetir una historia que ya sabemos cómo acaba: una esposa que no se entera de nada; una protagonista con fuerza y personalidad hasta que la trama pide lo contrario y, entonces, se contradice consigo misma; una imitadora de Shakira, Txakira, que dice ser la verdadera; un vecino divorciado y trastocado, con extrañas fantasías sexuales y, por supuesto, al macho ibérico del montón, que se ve constantemente superado, hasta para ponerle los cuernos a su mujer.

Si bien la suspensión de la incredulidad es algo que el espectador de comedia suele tener que hacer de forma consciente, en el caso de 'Coartadas' el esfuerzo debe ser algo mayor. Es complicado conectar con una historia que incumple de forma tan tajante los límites de la coherencia, sacándose de la manga, lo que haga falta, para llamar la atención de las risas enlatadas. Así, es más fácil.

Coartadas
Coartadas

Es, en sí, una obra extravagante en un sentido que no se puede permitir. El personaje interpretado por Ana Jara, por ejemplo, hackea con facilidad y en segundos cualquier dispositivo, consigue recrear cualquier documento falso. Depende totalmente del público creérsela o no, porque en el filme nadie la cuestiona, y a la vez la buena o mala recepción del largometraje depende de si esos espectadores deciden colaborar, haciendo la vista gorda, con la continua excentricidad que propone.

Las mujeres de 'Coartadas'

Los personajes de Llum Barrera y Adriana Torrebejano, Carmen y Noelia, son las otras dos grandes presencias femeninas, interpretando a madre e hija, un tándem conformado por dos polos muy opuestos. Barrera se mueve siempre ajena a la acción, va flotando a su ritmo y a sus anchas, sin alarmarse y sin olerse, en ningún momento, que su marido le está siendo infiel.

'Coartadas': Una comedia facilona que está por encima del bien y del mal
'Coartadas': Una comedia facilona que está por encima del bien y del mal

Noelia, sin embargo, se las ve todas venir: anticipa los movimientos de su padre, sospecha de las actitudes extrañas de su novio. No es que esté un paso por delante, pero sí que en ella se atisban esa perspicacia y fortaleza que no están en Carmen. El argumento colabora con su personalidad, porque las protagonistas con carácter venden, hasta que se la arrebata, hasta que pone sobre la mesa la otra línea de pensamiento que le conviene más: el amor lo puede todo. El amor puede derruir principios, arrasar con valores, poner la vida patas arriba y perdonar lo que haga falta.

Se ha de entrar en el juego y lanzarse al agua, sin flotador, para comprar lo que propone Martín Cuervo, pero quizás el público que asista a salas, de colaborar, pueda lograr evadirse de la realidad, al menos, por un ratito.

4
Lo mejor: La posibilidad que te da de pasarlo bien y desconectar.
Lo peor: La sobreestimulación forzada como forma de diversión y comedia.