Cada vez es más habitual que al cine lleguen propuestas que reinterpretan fábulas, cuentos o historietas clásicas, adaptándolo a la realidad actual, desde una mirada puramente comercial, como el caso de 'Maléfica' (2014) hasta desde una perspectiva de cine de autor, como el caso de 'Ophelia' (2018), hasta incluso desde el cine de animación, como 'Zapatos Rojos y los siete trolls' (2019). Con una mirada radicalmente distinta, la actriz Mirrah Foulkes dirige su ópera prima, 'Judy y Punch' (2019), con la que reinventa las historias de Punch y Judy, dos de los personajes más conocidos de la tradición británica de los títeres de cachiporra.
Para aquel que no lo sepa, Punch y Judy son los herederos británicos del teatro de marionetas cuyo principal referente es el icónico personaje Polichinela, procedente de la Comedia del Arte, el tipo de teatro con títeres procedente de la Italia del siglo XVI. Usualmente, Punch, un tipo que en unas versiones es desgarbado y en otras tiene joroba, protagoniza historias en las que da porrazos a cocodrilos, agentes de policía y, sobre todo, a su esposa Judy.
Claro referente de que las historias infantiles escondían una mirada adulta, en la que era explícita la violencia, las historias de estas marionetas, convertidas también en guiñoles en otras tradiciones, han ido actualizándose con el paso del tiempo, pero Foulkes ha querido darle una vuelta de tuerca, revisionando completamente la historia, ahora en clave femenina y feminista. Ya lo anuncia el título del filme, que intercambia de posición los nombres de los personajes, toda una declaración de intenciones.
Una fábula demasiado ambigua y ambiciosa
Sin embargo, lo que podría ser un interesante trabajo, con una nueva mirada autoral, se convierte en una propuesta excesivamente ambigua, que no sabe qué quiere ser y qué quiere contar. Foulkes no sabe calibrar el tono de sátira y comedia bufa, lo que provoca que haya escenas completamente fuera de lugar (como la del padre con el bebé u otras secuencias gore), como personajes muy estereotipados y maniqueos, que provocan que lo que podría haber sido una ácida comedia negra acabe siendo un filme de brocha gorda, al querer también tener un trasfondo de crítica social.
A pesar de haber sido laureada en Sitges, obtuvo el premio al mejor guion, las principales virtudes de 'Judy y Punch' son las interpretaciones de su dupla protagonista. Aunque Damon Herriman vuelve a acertar con un papel de hombre psicológicamente inestable, es realmente Mia Wasikowska la que deslumbra. La actriz australiana va ganando profundidad con el paso de los años. Ni que decir tiene que es en papeles de época donde más ha brillado, como en este caso, en el que sabe transmitir sabiamente sus deseos de vendetta, plenamente justificados y que son los que consiguen captar la atención de la trama, especialmente en su parte final.
Nota: 5
Lo mejor: Mia Wasikowska y Damon Herriman, aunque sobre todo, Wasikowska.
Lo peor: Acaba siendo un poco totum revolutum, un debut demasiado ambicioso.
