å

CRÍTICA

'Polar' quiere ser 'Kill Bill' pero se queda en un buen videoclip de Madonna

Llega a Netflix la cinta de acción 'Polar', protagonizada por Mads Mikkelsen, con reminiscencias al Tarantino de 'Kill Bill', una fuerte apuesta visual, y un guion que se queda en lo superficial.

Por Adrián Jiménez Román 25 de Enero 2019 | 09:30

Comparte:

¡Comenta!

Una de las reglas doradas del cine es que el inicio de una película ha de ser potente. La primera escena debe enganchar al espectador y darle razones para quedarse. 'Polar' tiene algunos defectos, pero esta norma la cumple con creces. Mezcla una piscina, sexo, violencia y 'September', de Earth, Wind & Fire en un comienzo que nos deja muy claro qué vamos a ver durante los próximos 120 minutos.

Esta nueva producción de Netflix es una cinta de acción basada en la novela gráfica del mismo nombre escrita por el valenciano Víctor Santos. Nos cuenta la historia de Duncan Vizla, un asesino a sueldo a punto de retirarse que se tendrá que enfrentar a su propio jefe en una lucha en la que solo puede vencer o morir. Mads Mikkelsen lidera un reparto en el que destacan Vanessa Hudgens (menos simple que en 'High School Musical' y más tranquila que en 'Spring Breakers') y Katheryn Winnick (Lagherta en 'Vikingos'), con Jonas Akerlund como director. La elección del sueco no es casual: su visión es perfecta en un proyecto como este, donde la estética y el apartado visual se encuentran muy por encima de la historia que se va a contar.

'Katheryn Winnick en 'Polar''

Un asesino de cómic

'Polar' está rodada con un gran sentido del ritmo. La cinta bebe mucho del mundo del videoclip, en el que Åkerlund es experto (suyos son títulos tan icónicos como 'Ray of light', de Madonna o 'Telephone', de Lady Gaga), y ese universo va muy acorde con el tono de la película, similar al cómic del que proviene. El montaje nos lleva de una escena a otra sin pausa, construyendo una cinta muy dinámica, que a pesar de ser larga, no aburre en ningún momento. Tiene altibajos y no consigue mantener la tensión tanto como sería deseable, pero entrega unas cuantas escenas en las que el director domina la acción con pulso impecable.

En su apuesta visual predomina la saturación del color y una clara intención de emular el universo comiquero. Destacan por su frescura las presentaciones de los personajes, con rótulos que parecen sacados directamente de las páginas de la novela gráfica.

Es imposible no acordarse de Quentin Tarantino viendo 'Polar'. La influencia del director estadounidense es obvia y no está escondida. Muchos momentos de la película nos remiten a su filmografía, en especial a 'Kill Bill'. La historia es similar, con un asesino (o asesina) que ha de luchar contra sus antiguos jefes como protagonista. También aquí hay una sucesión de pequeños rivales a los que el héroe tendrá que hacer frente antes de llegar al jefe final. Y algunas coincidencias más que sirven para rizar el rizo en cuanto a similitudes se refiere. Curiosamente, Duncan es apodado el Black Kaiser, nombre muy similar a Black Mamba, alias de La Novia de Uma Thurman.

'El grupo de asesinos de 'Polar''

De la oscuridad al color y vuelta

Como 'Kill Bill', 'Polar' tampoco escatima en litros de sangre falsa, y la violencia y el sexo son muy explícitos. Aun así, Åkerlund se las apaña para distanciarla de las comparaciones incluyendo una trama que discurre paralela a este desfile de violencia. Durante más de la mitad de su metraje, es como si el director nos propusiera dos películas en una. Por un lado, viajamos junto a un grupo de asesinos buscando a Duncan, y por otro vivimos el tranquilo y oscuro día a día del asesino retirado en la fría localidad ficticia de Triple Oak.

Aunque podría chocar, el recurso funciona. Por separado, estos dos planteamientos no aportan demasiado, pero unirlos en una misma obra los equilibra y sostiene mutuamente. Saltamos de una compra en un ultramarinos de barrio a un asesinato en Florida que podría pasar por videoclip de Madonna. La trama colorida, violenta y ágil del grupo de asesinos destaca y oxigena la parte más noir y sosegada del gélido pueblo del Black Kaiser, y viceversa. No falta el punto exacto de comedia negra para redondear la fórmula, que a veces se va de mano, pero no lo suficiente para empañar el conjunto.

Por supuesto, hablando de Jonas Åkerlund no podíamos olvidarnos de la música. Desde el ya mencionado 'September' hasta clásicos del country americano (entre ellos, Dolly Parton), 'Polar' cuida mucho su banda sonora. Las canciones originales están compuestas por deadmau5, el productor canadiense de música electrónica, que sabe cómo crear el ambiente necesario para la película.

'Vanessa Hudgens y Mads Mikkelsen en 'Polar''

¿A quién le importan los personajes?

Donde más flojea 'Polar' es, sin duda, en la construcción de personajes. Mads Mikkelsen cumple en su papel de señor oscuro, de pocas palabras y atormentado por su pasado, pero nada más. Hudgens intenta insuflar algo de emoción al asunto con un par de escenas pero se nota de lejos que a Åkerlund esto no le interesa demasiado. Las relaciones entre los personajes están totalmente vacías, aunque, en un film como este, eso tampoco suele interesarle a nadie.

El final de la cinta no está a la altura de su inicio, pero la película consigue mantener cierto nivel. La verdad es que 'Polar' no inventa nada nuevo, pero al menos es consciente de que su objetivo es sobre todo entretener y no se desvía de él. No se toma demasiado en serio a sí misma y eso es algo que hay que agradecerle. Al final, no parece que 'Polar' vaya a convertirse en el próximo pelotazo de Netflix en todo el mundo, pero desde luego será una buena incorporación al catálogo para los amantes del género.

Nota: 6

Lo mejor: Su cuidado apartado estético.

Lo peor: Que no aporta nada nuevo.

Películas