La obra maestra de Woody Allen, 'Manhattan', en 10 curiosidades sorprendentes

Es comprensible que, después de entregar un monumento cinematográfico del nivel de 'Annie Hall', United Artist, la productora detrás de aquella joya, le dijera a Woody Allen que hiciera, básicamente, lo que le diera la real gana. Y así fue. El cineasta neoyorquino, consciente de una carta blanca que suponía la recompensa directa de su talento más inspirado, decidió sacar a relucir su devoción absoluta hacia el cine de Ingmar Bergman y rodó 'Interiores', uno de sus trabajos más complejos e infravalorados.

A continuación, y por si aquella obra no hubiera sido lo suficientemente suicida, Allen propuso al estudio una comedia romántica en blanco y negro. Podemos imaginar los rostros de cada uno de los despachos de United Artist. El temblor era general, pero un trato es un trato y, afortunadamente, dieron luz verde a 'Manhattan'. Todos salimos ganando.

Woody Allen nunca se ha escondido a la hora de escoger las películas favoritas de su extensa carrera. Las posibilidades, infinitas, nos provocan quebraderos de cabeza a casi todos, pero el neoyorquino lo tiene bastante claro en lo que respecta a sus logros y fallos. En este sentido, aunque parezca increíble, Allen ubica 'Manhattan' en el apartado de las decepciones, señalando que se trata de uno de sus trabajos menos conseguidos.

En cualquier caso, su frustración viene de lejos, y es que el cineasta llegó al punto de proponer a los responsables de United Artist dirigir una película gratis a cambio de que 'Manhattan' nunca llegara a estrenarse. En la actualidad, Allen no ha cambiado de opinión y asegura que en aquel momento "lo que pensé fue: si, en este punto de mi vida, esto es lo mejor que puedo hacer, no deberían pagarme por hacer películas". Escuchar para creer.

Uno de los elementos más destacados de 'Manhattan', desde el día de su estreno hasta hoy, es su inolvidable banda sonora. Y es que, la música de ese genio llamado George Gershwin es absolutamente clave para entender parte de la grandeza de esta obra maestra.

De hecho, su influencia en el proyecto es tan importante que hasta el propio Allen señala el punto de inflexión que supuso la obra de Gershwin en los orígenes: "Estaba escuchando un álbum con aperturas de conciertos de Gershwin y pensé que con eso se podría hacer una película en blanco y negro y romántica". Si le quedaba alguna duda, al director y a los espectadores, se disipó por completo desde los inolvidables títulos de crédito iniciales. Magia.

La historia del cine está repleta de planos, escenas, momentos inolvidables que marcaron a millones de espectadores. Entre ellas, se incluye sin lugar dudas aquel instante maravilloso de 'Manhattan' en el que los personajes de Woody Allen y Diane Keaton comparten un amanecer bajo el puente Queensboro, unos minutos de cine en estado puro cuya belleza sigue siendo absolutamente cautivadora. Sin embargo, el proceso hasta llegar a ese plano eterno estuvo mucho más cerca del sufrimiento que de la poesía. Partiendo de la base de que eran las cinco de la mañana en aquel momento del rodaje, la producción tuvo que traer un banco a la localización debido a que, básicamente, no había ninguno en la zona.

De la misma forma, se coordinó con distintas autoridades de Nueva York que las luces del puente tenían que mantenerse encendidas incluso cuando amaneciera del todo, para facilitar el rodaje y no perder iluminación. Pero tampoco. Unos minutos después de empezar a rodar, las luces se apagaron y Allen tuvo que utilizar la única toma que había podido conseguir hasta ese momento. Decir que fue suficiente es quedarse corto.

A la hora de hablar de la relación entre la taquilla y Woody Allen, conviene siempre hacerlo desde el término medio, desde el control alejado de la espectacularidad. Porque hablamos de una carrera que no se caracteriza, ni muchísimo menos, por cifras de recaudación asombrosas o éxitos masivos que las convierten en líderes indiscutibles semana tras semana.

Pero, cuidado, tampoco estamos ante un cineasta que cuente sus trabajos por fracasos, simplemente es un cine que no está pensado para arrasar en taquilla. En cualquier caso, en la balanza de éxitos importantes, 'Manhattan' juega un papel más que importante, ya que se trata, con una recaudación a día de hoy de cerca de 124 millones de dólares, de una de sus tres películas más taquilleras. Un podio en el que está acompañada por otras dos joyas, 'Annie Hall' y 'Midnight in Paris'.

No entraremos en detalles, todos los conocemos, pero la vida personal de Woody Allen ha sido, por lo menos, ajetreada, con algunos giros especialmente morbosos. Y aunque esa situación se ha potenciado en los últimos años, lo cierto es que la polémica ha estado presente en la trayectoria del cineasta desde sus inicios. En el caso de 'Manhattan', los titulares se centraron en el romance entre el personaje interpretado por Allen, de 42 años, y el de Mariel Hemingway, de 17.

Una diferencia de edad que llevó a muchos periodistas a generar una polémica que encontró su punto de referencia en una historia de amor en la vida real entre el director y Stacy Nelkin, una extra de 17 años a la que conoció durante el rodaje de 'Annie Hall'. Es decir, en cierto modo, 'Manhattan' estaba basada en hechos reales.

Hablemos de la MADLH (Mejor Actriz De La Historia). Meryl Streep, demostrando ya en su tercer año dentro de la industria que se trataba de una intérprete superdotada, rodó sus escenas para 'Manhattan', teniendo en cuenta que su personaje era bastante secundario, durante los descansos de 'Kramer contra Kramer', el otro proyecto en el que se encontraba involucrada en 1979.

Un punto en común entre dos películas que también coincidieron en la noche de los Oscar, ceremonia en la que Streep consiguió la estatuilla a Mejor Actriz de Reparto por el sobrevalorado drama de Robert Benton, venciendo en la categoría a Mariel Hemingway ('Manhattan'). Comenzaba la leyenda.

No abandonamos aquella ceremonia de los Oscar. Muy a nuestro pesar. 'Manhattan', la mejor película de su año con bastante diferencia, no solamente no era una de las cinco propuestas que peleaban por el gran premio de la noche sino que, además, se tuvo que conformar con dos solitarias nominaciones, Mejor Guion Original y Mejor Actriz Secundaria. Y cero victorias. El consuelo, con muchas comillas, es saber que a Woody Allen le dan bastante igual los Oscar y que el tiempo, siempre sabio, ha sabido recompensarle con creces.

Intentar definir 'Manhattan' supone un ejercicio tan complejo como apasionante, una oportunidad única para profundizar y analizar una obra excelsa de inicio a fin. Sin embargo, su creador lo tiene bastante claro. Y es que Woody Allen ha repetido en numerosas ocasiones que su obra maestra de 1979 no deja de ser una combinación de sus dos trabajos previos, 'Interiores' y 'Annie Hall'. Una teoría que, revisando estas tres joyas, no termina de encajar demasiado. Pero, oye, si lo dice Allen, nada más que añadir.

Gordon Willis, responsable de la cautivadora fotografía que marcó para siempre el legado de 'Manhattan', no ha perdido ni un solo segundo de su vida en ponerse medallas. Todo lo contrario. Aquel que piense que el blanco y negro de la obra maestra de Woody Allen corresponde a un exhaustivo análisis del potencial de la historia y sus posibilidad visuales, se está equivocando de principio a fin.

Lo cuenta el propio Willis: "Después de terminar 'Annie Hall', comenzamos a pensar en 'Manhattan'. Woody Allen sentía que Nueva York tenía que estar rodaba en blanco y negro...y yo también. Decidimos hacerlo de esta manera durante un almuerzo. Pensamos las mismas cosas, así que fue una decisión bastante fácil". En definitiva, poca épica, mucha inspiración. Y genialidad a raudales.