La segunda temporada de 'El Pacificador' ha llegado a su fin, y en ella llegamos a un punto de inflexión definitivo en el viaje de redención de Chris Smith (John Cena), convertido ya en héroe por derecho propio, y con la ayuda -y el amor- de sus amigos.
Tras los acontecimientos de los dos episodios anteriores, en los que se reveló y resolvió el gran secreto (a voces) de la temporada -la dimensión en la que Chris había decidido quedarse era una realidad nazi-, James Gunn explora las consecuencias en una última hora (énfasis en "hora", porque este episodio es el más largo de la temporada) que pone el foco en las relaciones y la emoción.
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Gunn reveló hace poco de que los tres últimos capítulos de la temporada 2 de 'El Pacificador' estaban entre los trabajos de los que más orgulloso se siente. Jennifer Holland, que interpreta a Emilia Harcourt en la serie de DC Studios, también nos preparaba, diciendo que los episodios 6 y 8 "posiblemente sean los dos mejores de la serie".
Pues bien, quizá sea recomendable bajar un poco las expectativas porque es posible que muchos se lleven un chasco. Y como siempre, último aviso, hasta aquí el contenido sin spoilers. A partir del siguiente párrafo destriparemos el episodio con pelos y señales, así que si no quieres enterarte de nada, no sigas leyendo.
En lugar de un final explosivo y lleno de acción, Gunn construye el desenlace de la temporada desde la introspección, centrándose más en los sentimientos de los personajes. Es decir, se puede decir que el verdadero clímax llegó con los dos episodios anteriores y este funciona más como un epílogo que se usa para atar cabos, abrir líneas hacia el futuro y, sobre todo, dar cierre emocional al grupo central.
El capítulo, titulado 'Un movidote', comienza con un flashback a tiempos mejores (un mes atrás) en el que vemos a Chris y Emilia disfrutando de una noche juntos en el muelle. Gunn utiliza estas escenas para mostrarnos la conexión romántica que había entre ambos, antes de que todo se fuera al garete. De vuelta al presente, Chris está encerrado en prisión tras entregar el portal interdimensional y eximir de culpa a sus amigos, que vuelven a trabajar para A.R.G.U.S. La pandilla intenta por todos los medios ponerse en contacto con él, pero Chris está sumido en una profunda depresión a causa de la culpabilidad que siente por las muertes que ha provocado.
Mientras tanto, Rick Flag (Frank Grillo) lleva a cabo una misión en la Cámara de Pliegue Cuántico gracias a la tecnología proporcionada por Lex Luthor, atravesando sus puertas en busca de un planeta habitable que se ajuste a los parámetros que busca para un objetivo secreto. Emilia, Judomaster (Nhut Le), Langston (Tim Meadows) y otros agentes de A.R.G.U.S. se adentran en diferentes dimensiones, algunas más hostiles que otras, y tras sufrir varias bajas a manos de zombies y criaturas violentas a la par que cuquis, dan con un planeta que cumple las condiciones de Flag. Lo llaman Salvación.
Pero, ¿para qué quiere ese planeta? La respuesta llega más tarde, cuando Sasha Bordeaux (Sol Rodríguez) revela a Emilia que su plan consiste en utilizar el portal para desterrar a los prisioneros metahumanos a ese mundo, de forma que no puedan volver jamás a nuestra Tierra. Paralelamente, Adebayo (Danielle Brooks) tiene su propio plan: utilizar el dinero manchado de sangre de las misiones de Adrian/Vigilante (Freddie Stroma) para sacar a Chris de la cárcel.
Sin embargo, queda un detalle importante por resolver: convencer al propio Chris de que salga de la espiral de autoflagelación en la que está sumido y vuelva al equipo. Para ello, Gunn vuelve a recurrir a eso que se le da tan bien, y que define su etapa en Marvel con 'Guardianes de la Galaxia': el poder de la amistad. Con un precioso discurso, Adebayo recuerda a Chris que es su mejor amigo, y Adrian, Economos (Steve Agee) y Emilia se unen al sentimiento. Son los 11th Street Kids y nada ni nadie los separará.
Con el equipo de nuevo unido (y las incorporaciones oficiales de Langston, Sasha y Judomaster), el episodio culmina en un montaje rock (sí, otro) a ritmo de la canción de la cabecera, 'Oh Lord' de Foxy Shazam, en el que los vemos cumpliendo el plan de Adebayo, usar el dinero de Adrian para crear su propia agencia, Check Mate, con el objetivo contrario al de A.R.G.U.S.: "hacer del mundo un lugar mejor".
Gunn opta así por dar un final feliz a sus personajes, enmendando relaciones y cerrando de esta manera el arco de redención de Chris Smith (curiosamente no lo vemos con el traje de El Pacificador en todo el capítulo, para subrayar a este Chris cada vez más humano), convertido en una persona completamente diferente al asesino sin piedad que conocimos en 'El Escuadrón Suicida'.
Se trata de una jugada arriesgada, pero "on brand", por parte de Gunn, que en lugar de terminar la temporada con una gran batalla y revelaciones impactantes, ha preferido hacerlo con una oda a la amistad y la familia encontrada en la que, para bien o para mal, vuelve a incidir en todas sus señas de identidad: esa combinación de humor gamberro y emociones a flor de piel, diálogos de sinceridad lacrimógena y baladas rock. Muchas baladas rock. Pero sobre todo, recordándonos lo más importante para él, lo que hace que sus trabajos funcionen tan bien: los personajes. No se puede negar que la temporada ha tocado la gloria en varias ocasiones y en general ha sido una buenísima continuación, pero ¿es este final realmente uno de sus mejores trabajos hasta la fecha? Lo dejaremos a vuestro criterio.
Un cliffhanger, un no-cameo y mucho futuro
Gunn ha dicho en varias ocasiones que el final de la segunda temporada de 'El Pacificador' conecta directamente con 'Man of Tomorrow', la secuela de 'Superman', pero los que esperaban grandes sorpresas, así como quienes todavía guardaban una pequeña esperanza de ver un cameo de David Corenswet, saldrán decepcionados (y mira que el director había avisado). Nada de esto ocurre, aunque entendemos que la trama de Rick Flag, ya unida a la de Lex Luthor, y la Cámara de Pliegue Cuántico, jugarán un papel crucial en la próxima película del héroe de Metrópolis.
Pero claro, la cosa no termina ahí. ¿Recordáis cuando dijimos que nada separaría a los 11th Street Kids? Era mentira. En la última escena del episodio, Rick Flag secuestra a Chris y lo envía al planeta-prisión Salvación como venganza por haber matado a su hijo, Rick Flag Jr. (Joel Kinnaman), utilizándolo como sujeto de pruebas "voluntario" para estudiar los efectos de esa dimensión en el cuerpo humano.
Abandonado a su suerte, Chris empieza a escuchar todo tipo de amenazantes rugidos procedentes de los alrededores. Es decir, la historia de El Pacificador no ha terminado. Por ahora, Gunn no tiene planes para una tercera temporada, así que este cliffhanger podría resolverse en 'Man of Tomorrow' o algún otro rincón del DCU. Eso sí, sea como sea, Gunn ha prometido en su podcast que volveremos a ver a todos los personajes de la serie en el futuro del Universo DC.
