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CRÍTICA

'Si dios quiere': Una bella comedia ácida para creer en quienes nos rodean

El 10 de julio se estrena 'Si dios quiere', una divertida comedia italiana que habla de la fe que hay que tener en quienes nos rodean.

Por Paula Martínez Sanz 9 de Junio 2016 | 18:10

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Esta es la primera vez que el italiano Edoardo Maria Falcone se pone a los mandos de una película después de una larga trayectoria como guionista de diferentes comedias italianas como 'Confuso y feliz', '¿Te acuerdas de mi?' o 'Forever young'. Si esta vez además de escribir 'Si Dios quiere' ha optado por dirigirla, seguramente ha sido porque quería contar demasiadas cosas con ella o porque el producto le parecía irresistible. Bien hecho, ya que la película ha terminado por ser una pequeña joya que contiene en su interior mucho más de lo que parece a simple vista: una mezcla de comedia y emotividad tratadas con una maravillosa sencillez.

El inicio de 'Si Dios quiere' es arrasador. La película comienza con unos 10 primeros minutos de presentación del personaje principal que son pura comedia ácida y en los que no se puede parar de reír con semejante serie de desplantes y comentarios sincero-ofensivos. Uno tras otro. Sin dar tiempo a respirar o a que el público se asombre de la brutalidad del comentario. El actor protagonista Marco Giallini tiene tan claro cómo es su personaje, Tommaso, y la forma que tiene este de desenvolverse por la vida, que todo el arco de transformación que sufre el personaje a lo largo de la película parece salirle de forma innata, algo que resulta una delicia para cualquier espectador.

 la familia de Tommaso al completo en 'Si Dios quiere'

La película no pierde el tiempo y sigue implacable hasta su detonante: Andrea, hijo perfecto y estudiante modelo de medicina, seguidor de los pasos de su padre Tommaso, cardiólogo de fama mundial, tiene una noticia que revelar a su familia, algo que crea una descacharrante serie de suposiciones e indagaciones por parte de esta, que hasta ensaya la manera en la que va a felicitar al joven. Nada más lejos de lo que esperaban: Andrea no es gay, ¡Andrea quiere ser cura! El colmo de los colmos para Tommaso, que está muy orgulloso de ser ateo y liberal, aunque poco practica ese liberalismo con su hijo, ya que desde el momento cero se pone en marcha para desbaratar estas intenciones.

Es aquí cuando entra en escena Alessandro Gassman, el atractivo italiano que nos tiene acostumbrados a aparecer en papeles de galán, pero que esta vez encarna a Don Pietro, un famosísimo cura que representa esta nueva fe desenfadada, juvenil y auténtica que ha cautivado a Andrea. La verdad, no extraña en absoluto que este cura tenga a semejante horda de seguidores detrás y que también consiga calar hondo en la otra hija de Tommaso, Bianca, y en su pareja, Gianni, ya que la forma tan desenvuelta, honesta y atrayente que tiene Gassman de hablar, hacen del actor una excelente elección de reparto que lleva al público a preguntarse por qué no hay más curas (u hombres) así en la vida.

Tommaso no se deja encandilar fácilmente por un representante de la iglesia, por muy enrollado que resulte, y pone en marcha toda una planificación estratega a través de diferentes intentos in crescendo para intentar desenmascarar al posible estafador. El dúo Gallini-Gassman ya coincidió en la gran pantalla con 'Toda la culpa es de Freud', donde el protagonista también interpretaba a un padre desesperado por los problemas amorosos de sus tres hijas, siendo Gassman causa de alguno de ellos, y esta vez logra hacerse con todo el grueso de la película. El discurso religioso está flotando en el aire, totalmente perceptible y cada vez con más peso, y se nota que solo es cuestión de tiempo que arrase con la película cambiando a Tommaso, pero Don Pietro tiene tanto que enseñar al protagonista sobre la vida, el soltar las creencias arraigadas y el aprender a tolerar y a aceptar cómo son quienes amamos, que la película no deja de ser bella en su esencia global.

 Alessandro Gassman y Marco Giallini en 'Si Dios quiere'

La presencia femenina en 'Si dios quiere' tampoco se queda atrás. La esposa de Tommaso, Carla, interpretada por Laura Morante, también sufre su propio arco de transformación a lo largo de toda la película, pasando de ser una ama de casa atrapada bajo las directrices de su antipático marido a retomar las ideas reivindicativas de su juventud, luchando por encontrarse a sí misma de nuevo. La otra cara de las mujeres la encarna Bianca, encarnada por Ilaria Spada, la típica "niña rica y tonta" que, como dice su padre, "tiene menos actividad en su vida que una ameba", pero que se da cuenta perfectamente de todo lo que se habla a su alrededor y que finalmente reúne fuerzas para enfrentarse a su padre y para exigir un respeto por la gran mujer que lleva dentro.

Comedia con moraleja

Pese a relajarse y a entrar en detalles más profundos a lo largo de su avance, la película no deja de ser una comedia, y eso se encarga Falcone de recordárnoslo. Algo muy característico de 'Si Dios quiere' son esos momentos en los que el plano parece detenerse en el tiempo con la estupefacción de los personajes que aparecen en él, recurso que está utilizado de manera inteligente e ingeniosa para desencadenar la risa en cualquiera que lo vea. La sucesión de la farsa de Tommaso ante Don Pietro, sostenida durante casi toda la película, desencadena y culmina en una escena final maravillosa: el hermano retrasado, la mujer maltratadora y el pariente inválido (de última hora) que componen la "familia" de Tommaso, están divinamente doble-interpretados por sus actores-personajes, quienes saben poner una guinda perfecta y divertida a una película que tras su fuerte y entretenido inicio se había ido desinflando poco a poco.

Si 'Si Dios quiere' tiene como idea principal el acercamiento religioso del público, puede que lo consiga, pero no sin antes habernos hecho reír a carcajadas y disfrutar con una bonita historia de aceptación, tolerancia y crecimiento personal. El esperado final, si bien demuestra al protagonista que Dios puede estar en todas partes y que los milagros existen, convirtiéndose inevitablemente en pro-religiosa, también es el resultado de un proceso de aprendizaje y cambio que hace de Tommaso una mayor y mejor persona y que podría ocurrirnos a cualquiera de nosotros. Pese a ser obvio y ligeramente pesado y predecible, no deja de ser bonito y completa a 'Si dios quiere' como una película sencilla pero efectiva que alegrará el día de aquel que la vea.

Nota: 7/10

Lo mejor: Su humor. Maravilloso.

Lo peor: El final, que cae predeciblemente en el apoyo religioso.