El presidente de los EEUU, Donald Trump, ha generado una fuerte controversia tras pronunciarse públicamente sobre la muerte violenta del director de cine Rob Reiner y de su esposa, Michele Singer Reiner. A menos de 24 horas de conocerse el crimen, el mandatario utilizó sus redes sociales para lanzar un ataque político contra Reiner, sugiriendo sin pruebas que sus críticas hacia Trump habrían estado relacionadas con su asesinato.
En un mensaje publicado en Truth Social, Trump afirmó que la muerte del director se debía “a la ira que causó a otros a través de su aflicción masiva, inquebrantable e incurable con una enfermedad paralizante conocida como Síndrome de Trastorno de Trump”. Más tarde, consultado por periodistas, el presidente reafirmó sus palabras y dijo que nunca fue simpatizante de Reiner, a quien describió como una persona “desquiciada” y perjudicial para el país.
Era un desquiciado… el síndrome de Trump. No era fan de Rob en absoluto, en ningún sentido. Pensaba que era muy malo para nuestro país.Las autoridades de Los Ángeles informaron que el hijo de la pareja, Nick Reiner, de 32 años, fue arrestado y acusado de asesinato. La policía no ha indicado que las posturas políticas de las víctimas hayan tenido relación alguna con el crimen. Rob Reiner y su esposa fueron hallados muertos en su residencia el domingo y el acusado permanece detenido con una fianza fijada en cuatro millones de dólares.
Las declaraciones del presidente provocaron una reacción inmediata que ha recogido el The New York Times, incluso dentro de sectores afines al movimiento MAGA. Varias figuras conservadoras expresaron su rechazo, señalando que los comentarios eran inapropiados frente a una tragedia familiar. Jenna Ellis, exabogada de Trump y actual locutora conservadora, calificó el mensaje como una respuesta indebida y recordó que la derecha había exigido respeto y civismo tras el asesinato de Charlie Kirk y más teniendo en cuenta las palabras de Reiner sobre aquel hecho.
"Un horror absoluto y por desgracia vi el vídeo. Eso no debería pasarle a nadie. No me importan tus ideas políticas. Eso es inaceptable. No es la solución a los problemas. Y sentí que lo que dijo su esposa [Erika] en el servicio conmemorativo fue totalmente cierto. Soy judío, pero creo en las enseñanzas de Jesús, en el principio de "hacer a los demás lo que se debe hacer" y en el perdón. Perdonó a su asesino. Y eso me parece admirable".
Más críticas a Trump
Otras voces republicanas también se sumaron a las críticas. La exconductora de ESPN Sage Steele expresó su decepción y sostuvo que ese tipo de comentarios opacan los logros del presidente. El congresista Thomas Massie afirmó que, independientemente de las opiniones políticas sobre Reiner, era irrespetuoso hablar así de alguien que acababa de ser asesinado. En la misma línea, el representante Mike Lawler subrayó que ninguna diferencia ideológica justifica la violencia ni la falta de compasión.
Incluso figuras habitualmente combativas como Marjorie Taylor Greene señalaron que no era momento de ataques políticos y que se trataba, ante todo, de una tragedia familiar. Desde la oposición, el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, acusó al presidente de carecer de sensibilidad ante la muerte de un adversario político.
