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Desde los albores de la humanidad, el mar ha sido fuente de alimento, refugio y sustento. Civilizaciones enteras surgieron y prosperaron gracias a la generosidad de los océanos, que ofrecían peces, mariscos y otras especies marinas en abundancia. Hoy, en pleno siglo XXI, esa relación es más crucial que nunca: cerca de 4.000 millones de personas —la mitad de la población mundial— dependen directa o indirectamente de los recursos marinos para sobrevivir.

El pescado se ha convertido en uno de los alimentos más consumidos del planeta, una pieza clave en la seguridad alimentaria global. Sin embargo, a medida que aumenta la demanda, surgen preguntas incómodas: ¿Sabemos realmente de dónde proviene ese alimento? ¿Quiénes lo capturan, en qué condiciones y a qué costo para los ecosistemas marinos? Esta historia es una invitación a mirar más allá del plato, a sumergirse en las profundidades de una cadena de suministro global que, muchas veces, opera lejos de la vista pública.

Nos enfrentamos al reto urgente de proteger los océanos sin renunciar a sus recursos. Comprender el viaje del pescado, desde el mar hasta nuestra mesa, es el primer paso para lograr un equilibrio entre la alimentación humana y la salud del planeta azul que habitamos.