una comedia k parece ser gamberra pero k acaba siendo una estupides de pelicula

Son numerosos los ejemplos de películas que poseen divertidas premisas que luego se quedan en nada. “Como en casa en ningún sitio” no sólo se suma a este abundante grupo, sino que también nos demuestra una vez más el escaso ingenio de las comedias comerciales que se estrenan hoy en día. De hecho, mientras veía este largometraje me daba la impresión de que sus responsables intentaban emular a las exitosas “Los padres de ella” y “Los padres de él”, sólo que en esta ocasión ampliando aún más el circo doméstico en el que terminan inmersos los protagonistas de la cinta. No es que nos hallemos ante un bodrio, pero es un poco triste que de nuevo se confirmen las bajas expectativas que personalmente tenía con respecto a esta cinta.

La realización de Seth Gordon resulta apática, mientras que la presencia de ilustres intérpretes en el reparto (Robert Duvall, Mary Steenburgen, Sissy Spacek, Jon Voight) no sirve para salvar la nefasta labor de los guionistas (dos de ellos, Jon Lucas y Scott Moore, son unos especialistas a la hora de reescribir los libretos de otros, algo que han hecho aquí y en títulos de la “categoría” de, por ejemplo, “De boda en boda” y “La madre del novio”, en ambos casos sin que se acreditara su trabajo). En cuanto a las principales estrellas del filme (un Vince Vaughn en su salsa y una Reese Witherspoon un tanto perdida), sólo tengo que decir una cosa: espero que disfruten bastante más con sus elevados salarios de lo que yo lo he hecho viendo esta insustancial propuesta.