Excelente

Qué sorpresa tan agradable, me he pasado toda la película concentrado, casi sin respirar y muy emocionado. Esta forma de hacer cine es personal y magistral, pulcra, contenida, sencilla pero profunda y, sobre todo, sincera. Hacía tiempo que una película no me afectaba de este modo y eso que he visto películas buenísimas últimamente. La hornada de las nominadas a los Oscar de este año, por ejemplo, era sensacional, pero Dolor y gloria aporta algo muy complicado de conseguir en el cine: intimidad.

Capítulo aparte y estelar es la interpretación de Antonio Banderas. Aún no me lo puedo creer, estoy atónito. Su interpretación es perfecta y encarna a la perfección el temperamento de un gay ya encarando los sesenta años. Desencantado con las penurias físicas y mentales pero sin resentimiento alguno, con una resignación no exenta de esperanza y posibilidades. Antonio Banderas ha conseguido entrar en el Olimpo de los grandes actores con esta película.