Desesperante

Una característica de los adultos es saber qué verdades son mejores guardarse, pero no por interés propio, sino por una esencial compasión hacia los demás. El protagonista, aparte de ser un pacifista impostor, es un cretino que se coloca en el epicentro de un dolor familiar para empeorarlo. Menos mal que la protagonista tiene dos dedos de frente e impide que ese sufrimiento llegue a los padres. Menudo imbécil el protagonista. Desesperante.