Segundas partes nunca fueron tan buenas

Todo espectador inteligente que acuda a ver una película como esta, sabe que no se va a encontrar con una obra maestra. Pero Fuga de Cerebros ha sabido madurar y eso, añadido a la marcha de algunos de los personajes más flojos y la incorporación de personajes que son todo un filón, han hecho que esta segunda parte sea, de lejos, mejor que la primera.

Han sabido hacer un humor sin complejos, fresco, que no deja indiferente a nadie y que o te resistes muchos o te rindes ante sus bromas. La película no deja títere con cabeza: al más puro estilo parodia americana se ríe tanto de los tópicos del cine como de ella misma, y siempre que te encuentras un momento tierno, inmediatamente a continuación una gamberrada te descoloca.

Recomendada sin duda a todos aquellos que quieran pasar un gran rato en el cine, sin más pretensiones. Deja los prejuicios fuera de la sala y no te arrepentirás.