Alguien tiene que parar a Mark Millar

El tandem Mark Millar- Vaughn nos ha dado grandes sorpresas en el cine desde Kick-Ass, y una de las últimas y más sonadas fue 'Kingsman', una película que le daba varias vueltas de tuerca a los tópicos de las películas de agentes secretos y los aderezaba con bastantes puñados de sal gorda.

Toda esa sinvergonzonería y sensación de libertad funcionaron muchísimo en la primera parte. Pero parece que desde entonces el mundo se ha dedicado a decirle al director y al guionista lo maravilosos y divertidos que son y estos se han venido un poco arriba.

Las escenas de acción siguen estando en ese lugar loco e imposible, pero donde antes había chistes ligeramente fuera de tono ahora directamente salidas de tono que sonrojan más que escandalizan.

El uso de los secundarios de lujo fichados para esta segunda parte es cuanto menos curioso, por no decir incomprensible. Ni Halle, ni Julian, ni Emily ni Channing están mínimamente aprovechados, no llegan ninguno a alcanzar todo su potencial. Especialmente sangrante es el caso de Halle Berry, que se vuelve a marcar una Tormenta, un personaje que parece que va a llegar a hacer algo, pero en otra peli que no es esta.

Insisto, alguien se ha pasado todos estos años diciéndoles a estos chicos que son muy graciosos y muy bestias y se les ha ido de las manos. Y por el camino se han olvidado de las cosas que hacen una buena película.