En busca de la felicidad

Posiblemente Trolls fuera la película de animación del año que más prejuicios tenía y de las pocas de Dreamworks que no he visto en cine porque el tráiler me tiraba bastante para atrás, sin embargo había un halo de esperanza y eran las críticas y comentarios que sin ser geniales si la tildaban de buena en términos generales y así ha sido, una grata sorpresa. Una película de esas que quieres volver a ver cuando estás triste, deprimido o desolado que la negatividad te corre por las venas y esta cinta sin duda te levanta la moral, o quizás al menos a mí que me ha parecido una maravilla visual como si la escena de Fireworks de Madagascar 3 estuviera multiplicada por 10 y las emociones a flor de piel afloren nunca mejor dicho. Mitchell logra un largometraje optimista, positivo y colorido, a veces cursi pero necesario. Muchas canciones, muchos gags, guiños (lo de la Cenicienta es enormemente divertido) y personajes y muchos momentos tanto de diversión como de emotividad construyen una cinta encantadora y muy tierna que de manera muy imaginativa en lo visual y la banda sonora logran una cinta quizás no la mejor del año en animación, género que salvo Ice Age 5 y Angry Birds este año ha sido para conmemorar. Dreamworks se marca un tanto con una cinta que después querrás bailar, saltar, gritar y abrazar a los que más quieres, porque ahí está el secreto de la felicidad, en compartirla y estos pequeñajos lo hacen muy bien con el espectador pese a los tópicos y lo previsible que pueda resultar la película.