Chocante y enfurecedora, graciosa y surrealista, arrebatadora y reparadora, se trata de una película de sorprendente intensidad y cambios de humor sinuosos envueltos en una sólida coherencia de visión.
La película no va más allá de su punto de partida, insistiendo, de un modo acaso demasiado maniqueo y obvio, en la mezquindad del mundo frente a cada paso que da su heroína para mantener su dignidad.
Mientras la narración crece frustrantemente elíptica, Lelio tan desesperado por restringir el drama que recurre a quitarle piezas útiles,consigue que las escenas que quedan sean breves y evocadoras.