Una película intrigante. Una directora extraordinaria. Una actriz perfecta.

El film consigue mantener la atención del público, pese a que todos sepamos el final. La fotografía y la edición son espectaculares, consiguen meterte en la película, grandisimo trabajo de parte de Bigelow.

Es de destacar el magnifico papel de Jessica Chastain, interpretando a Maya, mantiene un caracter contenido durante toda la pélicula pero en ocasiones muestra picos con muchos sentimientos contrarios unidos, lo que hace que podamos conocer a un personaje que escapa del dramatismo extremo y le da una connotación menos americana a todo el relato. He de remarcar el hecho de que para que una actuación sea buena no es necesario tirarse por los suelos a llorar, ni gritar como una istérica, a veces una actuación contenida es más real y mejor que una desmesurada o llena de emoción sobrante. Jessica coge el punto exacto de ira, frustración, paciencia, dedicación, asertividad, sumisión y entrega que caracterizan a su personaje, dando como resultado una interpretaciñon digna de un Oscar (y sí, he visto el resto de actuaciones).

El resto del elenco muestra una profesionalidad equiparable a la de la protagonista.

En ocasiones la trama se vuelve lenta, pero cuando crees que te vas a aburrir ocurre algo inesperado que te hace volver a la historia.

Fuera de patriotismo americano, que es yo creo lo que más hacia atrás echa de la película, Bigelow, cual cirujano, logra cortar el hilo que une la política y el arte, mostrandonos un relato más que realista que finaliza con una escena que da que pensar y puede ser aplicada no solo a la protagonista, sino a la sociedad en general.