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CRÍTICA

'Combustión': 3 metros a todo gas

Daniel Calparsoro dirige a Álex González, Adriana Ugarte y Alberto Ammann en una película llena de pasión, velocidad y música electrónica.

Por Adrián Peña 26 de Abril 2013 | 09:00

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Rodeada de una gran campaña publicitaria y la reciente presentación en el Festival de cine de Málaga, hoy llega a nuestras pantallas 'Combustión', la nueva película de Daniel Calparsoro, un thriller de acción que tiene todas las papeletas para erigirse como la película comercial española del año.

Combustión

El argumento gira en torno a Mikel (Álex González), un hijo de familia acomodada con una aparente vida perfecta: un trabajo en una joyería de lujo, una estable relación con una novia guapa (María Castro) y una situación económica holgada. Un día conoce a Ari (Adriana Ugarte), una supuesta camarera que le introducirá en un mundo totalmente desconocido para él: las carreras de coches ilegales.

Bajo esta premisa, el filme navega por temas tan básicos y trillados, aunque sobradamente efectivos, como los triángulos amorosos, la tentación de lo prohibido, la imposibilidad de reprimir tus verdaderos instintos o lo adrenalínico de las carreras de coches ilegales (pese a la falta de emoción de alguna de ellas) y lo hace abrazando, con todas las de la ley, a los clichés del género que el cine norteamericano ha impuesto. Eso no quita que la gente que no mira con lupa las películas y que entiende el cine sólo como pura evasión, pase un buen rato disfrutando de las carreras, la música, los cuerpos esculturales del trío protagonista y la acción.

Combustión

Cultura pop "made in Spain"

'Combustión' pone el punto de mira en la saga de 'Fast & Furious', cierto, pero a la que no pierde de vista en ningún momento es a la española 'Tres metros sobre el cielo', y no me refiero sólo a su historia de amor con guapazos de moda endulzada a base de clichés y BSO electrónica/pop diseñada para colarse en la mayoría de "favourite playlists" de todos los iPods y discotecas del país, sino a su condición de producto comercial nacional estratégicamente pensado para dirigirse a un sector de la población muy concreto, aunque tremendamente amplio. Me refiero a ese segmento demográfico tan denostado últimamente, ese que por A o por B no acude habitualmente a las salas, ese que Santiago Segura captó con su 'Torrente' apelando a los tópicos patrios-cañí y que 'Combustión' intenta captar apelando a los del género de acción/romance/thriller norteamericano a la vez que introduce ganchos autóctonos reconocibles: Álex González, las calles de Madrid, Tuenti, música del DJ español más conocido del país Carlos Jean, El Corte Inglés, la discoteca Fabrik...

Lógico razonamiento si atendemos a quien está (entre otros) detrás del proyecto, Zeta Cinema, los mismos que estaban detrás de '3MSC' y que tratan de amoldar, al cine español, las fórmulas que han funcionado durante mucho tiempo en Hollywood. En esta ocasión han vuelto a tocar las mismas teclas que en el 2010 les llevaron al taquillazo pero añadiéndole un poco más de acción, sexo, un director, Daniel Calparsoro, que tiene el pulso suficiente para rodar con nervio las secuencias de persecuciones, tiroteos, peleas o robos, como ya demostró en la "bournizada" 'Invasor', y unos guionistas curtidos en televisión especializados en captar a jóvenes en series como 'Física o Química' o 'Al salir de clase'.

Películas como 'Combustión' son las que son criticadas duramente por la crítica cinematográfica y por aquellos de dieta cinéfila exquisita pero que, en cambio, son las que consiguen atraer a más gente a las salas de cine, algo digno de aplaudir y, al mismo tiempo, tan necesario en estos días en los que la exhibición española no está pasando por su mejor momento. Estos "blockbusters" patrios (véase 'Fin', las antes mencionadas 'Torrente' y '3MSC', o la reciente 'Los últimos días'), pese a que a nivel cinematográfico aún estén lejos de los títulos que pretenden emular, se deben celebrar como un paso más hacia la posibilidad de que en España también se puedan crear productos comerciales atractivos para el gran público (que no el más cinéfilo) y sacarnos de una vez la etiqueta de que el cine nacional es aburrido y deslucido. ¿Cuántas veces nos hemos tragado "americanadas" iguales o peores que 'Combustión' sin rechistar? Muchas. ¿Por qué el cine español no puede trasladar los modelos de las grandes producciones norteamericanas a nuestra cinematografía? Yo creo firmemente que sí, así que le deseo lo mejor en su intento de llenar las salas españolas.