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CRÍTICA

'Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1': Jugando a la guerra

Esta primera parte de la conclusión de la historia de Katniss Everdeen sabe encender la mecha para un explosivo final, pero se queda en un mero trámite con demasiado aire transitorio.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 17 de Noviembre 2014 | 10:19
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Puede haber muchas razones para que un estudio decida dividir la historia de una novela en varias entregas para la gran pantalla. La primordial la sabemos todos: poder estirar el producto un poco más. También puede ser porque realmente haya una cantidad tal de información que requiera tiempo suficiente para poder hacerle justicia. Todo el que haya leído 'Sinsajo', la última novela de la trilogía escrita por Suzanne Collins, sabe que precisamente ese libro no tiene de primeras el material para sacar dos películas de sus páginas. Y, sin embargo, aquí estamos, analizando 'Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1'.

Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1

Olvidémonos de momento de las razones de la división y centrémonos en la película. Francis Lawrence vuelve a ponerse detrás de las cámaras tras ofrecernos un taquillazo que fue considerado por los jueces más implacables, los fans de la saga, una adaptación casi perfecta de su querida novela. Ahora se enfrenta al libro menos valorado de los tres, pero también a una historia de lo más interesante, porque es justo ahora cuando comienzan las verdaderas consecuencias de los actos de Katniss Everdeen en sus dos visitas a la Arena. Rescatada por el Distrito 13, que se creía desaparecido, la joven se encontrará inmersa en el inicio de una rebelión de los distritos contra el tiránico Capitolio. Pero el presidente Snow tiene un as en la manga: Peeta Mellark.

Tras dos películas con una estructura bastante similar, es hora de romper con todo. Para empezar, el grueso de la película tiene lugar bajo tierra, en los dominios del Distrito 13, que lleva años preparando esta revuelta. El "look" militar, lo sobrio y lo oscuro se apoderan de la estética, que sigue siendo uno de los puntos fuertes de esta saga. No será tan vistosa como en otras ocasiones, pero es una evolución lógica, e igualmente el equipo de Lawrence ha sabido sacarle todo el partido posible, aprovechando para fusionar el Sinsajo y otros símbolos de Panem en las armaduras o los trajes de combate de Katniss. Visitaremos algunos distritos nuevos, todos con su toque propio y un buen diseño de producción detrás, aunque la mayoría no sean más que escombros. El Capitolio es el único que se mantiene invariable, y de él veremos bastante poco, el presidente Snow y un alienado Peeta serán los pocos ejemplos de este lado del cuadrilátero.

Este nuevo escenario nos presenta a un personaje que sí está mucho más explotado que en el libro en el que se basa: la presidenta Alma Coin. La líder de la rebelión se encuentra magníficamente interpretada por Julianne Moore, que le otorga una serenidad y una experiencia dignas de enfrentarse en presencia con Donald Sutherland y su Coriolanus Snow, deja con ganas de ver todo lo que puede mostrar, y lo que oculta. Al igual que con Philip Seymour Hoffman o Woody Harrelson, esta saga vuelve a demostrar que sabe utilizar muy bien los talentos que tiene, y las escenas de Coin con Plutarch (Hoffman) son un claro ejemplo de ello. Centrándonos en los tres protagonistas, Jennifer Lawrence sigue manteniendo el tipo, y de nuevo es todo el centro de la película, con el personaje de Josh Hutcherson en un segundo plano debido a su presencia en el Capitolio, y con Liam Hemsworth queriendo recuperar el tiempo perdido, con poco resultado. En esta película queda todavía más claro que el triángulo que leímos en el libro no lo es tanto en su traslación audiovisual.

Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1
Al dividir una película es muy difícil ser 100% fiel al libro original, hay que encontrar elementos para rellenar cuatro horas entre dos largometrajes. En este caso, cuenta con la ventaja de poder incluir, por ejemplo, más escenas de la presidenta Coin, o tener la opción de no contar las cosas deprisa y corriendo. También permite estudiar con toda la calma necesaria el peso de la propaganda y la manipulación mediática dentro de un conflicto bélico. Todo este asunto resulta de lo más interesante, y está mucho mejor aprovechado que en el libro. Resulta muy cautivador ver cómo se preparan las "propos" a cómo reaccionan los habitantes de Panem y el Capitolio ante ellas. A lo largo de este capítulo vemos cómo empiezan a moverse las fichas de ajedrez de este enfrentamiento, aunque en muchas ocasiones parezca más bien que estén jugando a la guerra más que participando en una. La violencia se deja ver en casos contados, y al ser una película para un público amplio intenta plasmar la crueldad de la situación como mejor puede, aunque sea sin sangre. Todo hay que decirlo, sí que consigue transmitir mucha emoción gracias escenas como la de la presa (gracias también a la canción interpretada por Jennifer Lawrence) y a la propia espontaneidad de su protagonista.

La llama no es ilimitada

Quizás la mayor virtud de 'Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1' es que sabe cómo dejar con ganas de más. Todo el rato tenemos la sensación de que algo gordo está al caer, un verdadero enfrentamiento, el momento en el que dejarán de jugar a ser soldados y entrarán en combate. Esta primera entrega es una buena mecha para que comience el último asalto de Katniss contra el presidente Snow, pero no podrá quitarse en ningún momento la etiqueta de "transición". Una vez más asistimos a un alargamiento demasiado artificial para brillar con luz propia como las dos primeras entregas de la franquicia, quedando reducido a un mero preludio de la verdadera conclusión de la historia, que llegará un año después. Por desgracia, el intento de mostrar los poderes de la propaganda no salvará a la película de un ritmo mucho más pausado que en otras ocasiones, algo que no debería de sorprender porque también ocurría en el libro. El cierre de la película, aunque era de esperar que fuera donde es, consigue cerrarse con mucha contundencia, y unas escenas de lo más intensas. Eso deja patente que la llama que ha diferenciado a esta saga de muchas otras sigue encendida, pero en esta ocasión han intentado mantenerla demasiado tiempo, y han estado a punto de apagarla, aunque por lo menos han intentado sacar todo el jugo posible de las páginas escritas por Collins.

Es el peligro de estirar novelas por el bien de una moda. Aunque cuente con elementos que siguen dejándola bastante por encima de otras películas dirigidas al público adolescente, y en general siga siendo una película que se disfruta bastante, 'Sinsajo' ya era difícil de manejar en su versión impresa, por lo que la decisión de dividirlo conlleva el doble de riesgo. Esta primera entrega tiene la capacidad de seguir gustando, aunque sea mínimamente, pero no gozará del mismo estatus que las dos anteriores, culpa en gran medida por lo endeble de su materia prima, y eso que se nota el esfuerzo por reforzarla. Y lo que queda por ver es un auténtico campo de minas, y el libro no dejó muy bien explicado el camino para esquivarlas. Solo espero que, para 'Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 2' dejen de jugar a ser guerreros y vuelvan a empuñar el arco con fuerza, para despedir a Katniss con toda la potencia de sus llamas. Esto no deja de ser un aceptable, pero no sobresaliente, entrenamiento para la verdadera batalla.