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CRÍTICA

'El recuerdo de Marnie': Los médanos del pantano

La nueva maravilla de Studio Ghibli llega a los cines españoles: 'El recuerdo de Marnie'. Nominada al Oscar a Mejor Película de Animación y dirigida por el realizador de 'Arrietty y el mundo de los diminutos'.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 18 de Marzo 2016 | 17:04
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Imagen de 'El recuerdo de Marnie'
Imagen de 'El recuerdo de Marnie' (Vértigo Films)

El escritor indio Rabindranath Tagore dijo: "La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido". Hiromasa Yonebayashi, tras el éxito logrado por 'Arrietty y el mundo de los diminutos', volvió a probar suerte en la dirección de una película de Studio Ghibli. 'El recuerdo de Marnie' fue su segundo largometraje y también el último de la factoría tras su cese temporal de actividad. Un relato intimista que logró premios en los festivales de Seattle y Toronto y una nominación al Oscar a la Mejor Película de Animación.

Anna se odia a sí misma. No soporta ser una niña adoptada y vive de manera solitaria. Debido a su frágil estado de salud, su madre decide enviarle un verano con sus tíos, los Oiwa, a la isla de Hokkaido, con un clima más apacible para la pequeña. Un día, dando un paseo cerca de la bahía, ve una majestuosa mansión. No sabe por qué, pero va hasta allí atraída por su instinto. Allí conoce a Marnie, una niña de aspecto occidental con la que traba una amistad. Marnie, de largo cabello rubio, desaparece un día sin dejar ningún tipo de huella. Es entonces cuando Anna decide investigar y descubrirá que su amiga no era lo que aparentaba ser.

 El recuerdo de Marnie

Una mirada respetuosa sobre los problemas de la adolescencia

La evocación del pasado para mirar hacia el futuro y vivir el presente. Esa es la principal premisa de esta entrañable propuesta. Alejada de las magníficas gestas épicas que también ha confeccionado Studio Ghibli como 'El viaje de Chihiro' o 'El castillo ambulante', este relato se acerca al costumbrismo que desprenden obras como 'Susurros del corazón' o 'La colina de las amapolas'. Sus personajes tienen una complejidad mayor que la obra predecesora de Yonebayashi, 'Arrietty y el mundo de los diminutos'.

Y esa complejidad reside en una protagonista, Anna, que sufre un profundo desarraigo al carecer de vínculo sanguíneo con los que más le quieren. Sin embargo, los acontecimientos que irán sucediendo harán que la niña aprenda cuáles son los verdaderos lazos que unen a las personas, así como aprenderá a valorar su presente, lo que le permitirá ver un esperanzador futuro.

Un relato elegante, amable e íntimo

El recuerdo de Marnie

Una conclusión, sencilla a primera vista, que es ejecutada con sumo respeto a la mirada de la adolescencia. Los problemas de la pubertad son difícilmente retratados con madurez en el cine, cosa que esta obra de animación logra más que satisfactoriamente. En esto, Yonebayashi demuestra haber sido un ávido pupilo de Miyazaki y Takahata, ofreciendo un relato fantástico, intimista y cercano. También hay que destacar que el filme desprende una esencia eminentemente femenina, acto valiente al querer acercar a diversos espectadores esa perspectiva, algo que puede que no guste a cierto público masculino.

Con una animación cuidada al mínimo detalle (y con menor presupuesto), 'El recuerdo de Marnie' demuestra esmero por mostrar una propuesta elegante, sencilla y amable. Junto con una banda sonora que da ese toque maduro y otoñal que otorga solemnidad al relato; una trama con cierto aire de misterio que desprende cierta aura hitchcockniana; se está ante una de las propuestas más intimista del estudio, para aquellos amantes de historias más cercanas al día a día que a la fantasía.

Eso convierte a 'El recuerdo de Marnie' en una de las propuestas más interesantes del estudio, que vuelve a demostrar su compromiso por crear relatos diferentes. Yonebayashi se convierte en un autor al que seguir muy de cerca para sus siguientes producciones. Una propuesta que se disfruta como cuando se mira el atardecer desde los médanos del mar. ¡Magnífica!

8
Lo mejor: Su respeto hacia los problemas de la pubertad, el cuidado de los detalles y sus personajes.
Lo peor: Su trama central no atraerá a aquellos amantes de narraciones épicas y su esencia femenina alejará a cierto espectador masculino.
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