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CRÍTICA

'Midnight Special': Hasta el fin del mundo

Jeff Nichols no se baja de su buena racha con su incursión en la ciencia ficción, 'Midnight Special', que tras una larga espera llega a los cines españoles.

Por Alejandro Rodera Herrero 19 de Noviembre 2016 | 13:47

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Jeff Nichols se ha ganado su puesto en el Olimpo de los realizadores estadounidenses independientes más audaces y vitales. Acostumbrado a combinar drama con thriller y relaciones familiares con templadas situaciones límite, en 'Midnight Special' añade la ciencia ficción a la fórmula. Como Alfonso Cuarón, Stanley Kubrick o Denis Villeneuve, Nichols se enfrenta a este nuevo género con sus inquietudes habituales, pero, sobre todo, sin embelesarse con imaginerías visuales y virguerías técnicas. La reflexión sobre los personajes sigue tan viva como siempre, en un entorno más minimalista que al que nos tiene acostumbrados la ciencia ficción megalómana, proporcionalmente vacía de contenido.

Fotograma de 'Midnight Special'

En su cuarto largometraje toma como protagonista a un niño con habilidades especiales, perseguido por las autoridades por esa extraña naturaleza. Sus padres, y un misterioso hombre que se les une por el camino, tratarán de proteger al chaval de las garras de las agencias de inteligencia y seguridad estatales. Es decir, la historia perfecta para Jeff Nichols -por algo la ha escrito él mismo. Una persecución con la otredad como víctima. Ese rechazo a las personas que vivimos cada día, y no solo por parte de las autoridades, sino por nuestros colegas de especie humana en general. Los poderes del niño, que recuerda ligeramente a aquel Bart Simpson que interceptaba las conspiraciones de la liga de béisbol por satélite, simbolizan ese carácter diferencial, la excusa para darle caza y ponerle a él y a su familia contra las cuerdas. Así nace esta road movie existencialista, que plantea cuestiones sobre las creencias y la puesta en duda de aquellas por parte de un ser de apariencia inofensiva y de naturaleza incierta.

El padre interpretado por Michael Shannon es el que ejerce de protector, al igual que el predispuesto y férreo secuaz al que da vida Joel Edgerton. Esta dupla es el cine de Nichols resumido en dos rostros con características similares: duras facciones, emociones contenidas -cuando no reprimidas- y un sensible tacto, áspero a primera vista. El incesante empuje del padre es el espíritu de la cinta, cuyo principal obstáculo es la lejanía que debe salvar el espectador. El esfuerzo que el público tiene que hacer para viajar con los personajes, ya que todo parece muy sellado desde el comienzo, tan misterioso e intenso que hay que querer, no solo dejarse llevar. Como complemento imprescindible, el científico interpretado por Adam Driver pone el contrapunto de la razón a la creencia o a la emoción, ese conflicto eterno, como diría Carlos Vermut. Además, Kirsten Dunst se deja notar en un año en el que ha sabido rearmar su carrera, y el joven Jaeden Lieberher hace lo propio, apoyado en el fascinante halo de originalidad con el que Nichols le corona.

Fotograma de 'Midnight Special'

La unión perfecta

Puede que 2017 sea el año en el que Michael Shannon gane un merecido Oscar por su trabajo en la inmensa 'Animales nocturnos', pero hay que reconocer que de no ser por su simbiosis con Nichols puede que no tuviéramos a este gran actor en la órbita hollywoodiense. Shannon siempre ha formado parte del cine de este director, ha jugado un papel imprescindible en su mirada. En 'Midnight Special' da vida al personaje clave, a ese padre que tiene que llegar tan lejos por su hijo que, sin saber dónde se encuentra esa frontera, sabe que va a cruzarla con decisión cuando sea el momento. Y en un panorama cinematográfico en el que los padres son máquinas de traumas infantiles, ya sea por su ausencia o su mal comportamiento -algo que ya vimos en 'Mud'-, se agradece una vuelta de tuerca a la relación paternofilial que, aunque no sea perfecta, es un latido constante para que la película avance con paso firme.

Una vez más Nichols es capaz de adaptar el entorno a sus incuestionables habilidades. La ciencia ficción no se le ha podido resistir, aunque no haya logrado el mismo poderío emocional, y quizá tampoco la tensión, de sus anteriores trabajos. En 'Midnight Special' aborda la criminalización de aquello que nos podría hacer mejores y el miedo propio de los que luchan por encontrar su sitio, sin caer en el camino.

Nota: 7,5

Lo mejor: Un planteamiento diferente dentro del terreno de la ciencia ficción, totalmente apoyado en unos personajes que merecen que su historia sea mostrada y escuchada.

Lo peor: La hermética frialdad con la que la película avanza en determinados tramos, que no llega a derretirse totalmente debido a un reflexivo enfoque.