Yo soy la Juani

Juani es una chica de barrio que no pide permiso para soñar. Harta de una relación que la encoge y de un entorno que parece escrito para que nada cambie, decide dar el salto, coge una maleta, a su mejor amiga y el coraje que le queda, y se planta en Madrid con la idea de convertirse en actriz. Lo que encuentra, sin embargo, está lejos de ese brillo que prometían los anuncios. Castings masivos que duran minutos, miradas que la juzgan antes de escucharla, cifras que no cuadran a final de mes y promesas que se evaporan al salir por la puerta. Entre pisos compartidos, trabajos temporales y ensayos frente al espejo, Juani aprende el idioma de la ciudad y el de una industria que a menudo exige que olvides de dónde vienes.

En ese camino, el pasado no deja de llamar, un novio que confunde querer con poseer, amigos que le recuerdan quién "debería" ser, la tentación de volver al barrio y dejar el sueño para otra vida. Pero Juani es testaruda, orgullosa y rápida. De casting en casting, descubre que no basta con gustar, hay que saber decir basta, proteger la propia voz y decidir cuánto estás dispuesta a sacrificar sin perderte por el camino. La ciudad la muerde y también la abraza, y en ese vaivén Juani descubre que la ambición no es un lujo, sino una necesidad para quien quiere romper los límites que otros han trazado por ella.

"Yo soy la Juani" es, así, un viaje de afirmación personal, la historia de una chica, que hace de cada puerta cerrada un empujón hacia la siguiente y que se enfrenta a la decepción con una mezcla de rabia y ternura. Más que un relato de éxito, la película mira de frente el precio de crecer, despedirse de lo que ya no nos sirve, negociar con la soledad y entender que los sueños valen, sí, pero solo cuando no te piden la renuncia a ti misma. Al final, Juani no solo busca un papel, busca su lugar en el mundo, y la certeza de que nadie volverá a decirle quién puede, o no, llegar a ser