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CRÍTICA

'The Amazing Spider-Man', el hombre detrás de la máscara

Marc Webb le da el toque '500 días juntos' al género de los superhéroes. El director hace que Andrew Garfield y Emma Stone sean, ante todo, humanos antes que luchadores.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 22 de Junio 2012 | 09:10
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Este año puede ser recordado como una magnífica cosecha para el cine de superhéroes. A falta de ver volar al Hombre Murciélago por última vez (de momento), otro personaje de cómic surca los cielos de Manhattan de nuevo. 'The Amazing Spider-Man' tiene una labor mucho más compleja que el Batman de Christopher Nolan o 'Los Vengadores', porque conocemos de sobra a Peter Parker.

The Amazing Spider-Man

Marc Webb se embarcó en la dificilísima labor de recuperar el origen de un héroe que ha pasado muy recientemente por las salas. Su deber era recuperar el orgullo perdido del Hombre Araña en 'Spider-Man 3' y que no pareciera la misma película que vimos en 2002. Podemos respirar tranquilos, no sólo lo ha conseguido, sino que ha logrado una película de acción que es mucho más que una adaptación de cómic.

'The Amazing Spider-Man' recupera la infancia de Peter Parker, un niño que tuvo que ser criado por sus tíos Ben y May porque sus padres desaparecieron sin dejar rastro, para posteriormente tener un accidente de avión. Ya adolescente, su pasado volverá a encontrarle. De primeras no parece muy diferente a lo ya visto, pero el director de '500 días juntos' ha sabido repetir la creación de una gran historia para unos grandes personajes, como en el caso de Joseph Gordon-Levitt y Zooey Deschanel.

Si 'Los Vengadores' se ha convertido en un referente de las películas de acción gracias a sus escenas de lucha, 'The Amazing Spider-Man' consigue que parezca que los superpoderes no son lo importante, sino que lo son quienes los poseen. La construcción de la familia Parker, de Gwen Stacy o del doctor Connors marca la diferencia en el género, y la convierte en una tragicomedia llena de matices.

El carisma regresa a Manhattan

Soy una persona a la que no le gustó especialmente la trilogía de Sam Raimi, el principal problema que le veía era a los actores. Tobey Maguire y Kirsten Dunst tuvieron la capacidad de hacer planos a dos personajes muy carismáticos. Por suerte han llegado Andrew Garfield y Emma Stone para remediarlo. El protagonista, aunque en momentos críticos llegue a sobreactuar, crea un Peter Parker que es capaz de ser melancólico pero también puede cumplir con ese humor que siempre ha caracterizado al Hombre Araña. Es un pardillo, pero un pardillo con clase. Y se nota que ha disfrutado mucho poniéndose la máscara. Stone, por otro lado, debe ser el sueño de todo director, capaz de adaptarse a cualquier papel. Merecía mayor peso en el metraje.

The Amazing Spider-Man
Aunque evidentemente hay cosas que no pueden cambiar (la picadura de la araña, el gatillo que dispara la ira de Peter por la que aprenderá que, para ser un héroe, la venganza no entra en la ecuación), el toque más oscuro le viene como anillo al dedo al ambiente creado por el director, con un Nueva York que deslumbra entre la oscuridad. Las altas dosis de humor se fusionan con esa melancolía adolescente de forma perfecta, como muy difícilmente se puede conseguir. La relación entre Peter y Gwen, y entre el protagonista y el doctor Connors, son los motores de la trama, no precisamente las patadas y saltos. Hay más peso para las emociones, la hace más compleja que gran parte de las cintas del género.

Todo un experto en parkour

Aunque el peso de Peter Parker sobre Spider-Man es claramente superior, las escenas de acción no decepcionan, sobre todo los movimientos de parkour del protagonista, la escena del puente o las cloacas. Los saltos por las azoteas han mejorado muy considerablemente desde las primeras películas, algo que justificaría el 3D aunque seguirá resultándome innecesario. En general nos encontramos con un argumento con pocos y muy ligeros altibajos que no hacen perder muchos puntos al total de la película. Esa impulsividad adolescente, mezcla de inocencia e inconsciencia, también consigue marcar otra línea con respecto a lo visto en el género. Peter Parker es, ante todo, humano.

El Lagarto como villano es una decisión arriesgada, como todo el proyecto, y una vez más dejan claro que el que no arriesga, no gana. Gracias a la interpretación de Rhys Ifans, al toque humano que le da el director para que podamos hasta sentir empatía por él, y al conseguido diseño por ordenador nos presentan al que podría ser solamente el primero de una larga lista de villanos, que ya nos mete en las entrañas de Oscorp. No es el que más destacará de los que podían ser, pero es un buen punto de partida que ayuda al argumento. Junto con Sally Field y un genial Martin Sheen, el reparto principal es un logro hasta en el plano secundario. Eso sí, el Lagarto podría haber dado mucho más de sí, claramente, igual que Andrew Garfield puede meterse en muchas más peleas contra él, el traje rojo y azul le viene como un guante.

'The Amazing Spider-Man' se sitúa entre las visiones de Joss Whedon y Chris Nolan dentro de las páginas cinematográficas de un cómic. Sin llegar a la profundidad del segundo ni al entretenimiento palomitero del primero, Marc Webb crea una mezcla perfecta de argumento y drama más allá de los efectos especiales, con el humor característico de un cómic de Marvel, unos personajes llenos de matices y la dosis de acción que necesita el que podría ser sin problemas el primero de muchos capítulos de la nueva y mejorada historia del Hombre Araña.