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CRÍTICA

'Plan de escape': Stallone y Schwarzenegger se pierden en la cárcel

Dos leyendas del cine de acción se encierran en una prisión de máxima seguridad en una película en la que pierden su esencia con más deducción y menos acción.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 3 de Diciembre 2013 | 10:10
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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A lo largo de nuestro paso por las salas de cine, en algún momento habremos sido trasladados al interior de los muros de una prisión. Pero es posible que nunca lo hayamos hecho acompañados por dos pesos pesados de la acción como Stallone y Schwarzenegger. Mikael Hafstrom nos brinda la oportunidad de verlos juntos en un escenario que puede dar mucho juego.

Plan de escape

'Plan de escape' nos presenta a Ray Breslin (Sylvester Stallone), un experto en instalaciones de máxima seguridad al que se la juegan y acaba encerrado en la prisión más segura del mundo, una de esas que son técnicamente imposibles de escapar. Pero Sly no conoce la palabra "imposible", y buscará la forma de huir, aunque sea aliándose con uno de los presos, un hombre misterioso y lleno de secretos.

Algo que resulta muy llamativo de primeras es la propia cárcel. La infraestructura diseñada para la película parece querer convertirse en un personaje más de la historia, y de primeras lo consigue con esas habitaciones transparentes, situadas casi como si fueran una colmena. Se trata de una construcción bastante original, con varios detalles que la separan de la típica prisión. Sin embargo, es decepcionante ver cómo la cárcel va haciéndose cada vez más convencional, perdiendo el atractivo que apuntaba en un primer momento. Y no es lo único que pierde la personalidad en esta película.

Plan de escape
Juntar a dos leyendas vivas como los protagonistas de esta película debería ser casi una garantía de éxito, y sin embargo en 'Plan de escape' nos llegan a dejar algo fríos. Stallone y Arnold Schwarzenegger comparten las suficientes escenas para dejarnos claro que deberían haber trabajado muchas otras veces juntos. Su química como "buddies" es innegable, y es por eso una pena que les saquen tanto de su elemento natural e intenten darles una pose "sesuda" algo difícil de acoger. Los protagonistas dan lo mejor de sí mismos cuando se ponen en plan "McGyver" (dándonos escenas muy destacables, todo sea dicho), buscando la forma de romper las presuntamente inquebrantables barreras de su gigantesca jaula. Sin embargo, tanta deducción lleva al tedio, y hacen que echemos de menos una metralleta en sus manos. Algo que llegará demasiado tarde.

Incógnitas en paredes de cristal

La némesis de esta historia es Jim Caviezel, que interpreta al director de la prisión en cuestión. Un personaje calculador e inquietante, que ofrece un interesante contrapunto en la sombra para la fuerza bruta de los presos, un "villano" lo suficientemente llamativo para no diluirse en el grisáceo conjunto que es el trabajo de Hafstrom. El personaje de Caviezel o el porqué del encierro de Schwarzenegger funcionan como incógnitas que intentarán mantenernos atrapados mientras vemos cómo se va desarrollando el plan de huida. Y aunque en un par de ocasiones logrará pillarnos desprevenidos, no será suficiente para levantar una película que espera demasiado para soltar la artillería pesada y los giros de guión. Un libreto que quiere imitar las grandes películas de evasión de hace décadas, pero que para conseguirlo debería haberse trabajado mejor en muchos sentidos, como no traer a dos vigoréxicos entrados en años a un terreno que no es el suyo.

Lo que nos permite entender 'Plan de escape' es que Stallone y Schwarzenegger se estarán haciendo mayores, pero digan lo que digan, siguen estando en plena forma, y nos podrían dar juntos momentos increíbles, si la historia acompaña y no pretendieran convertirse lo que no han sido nunca. En este caso, el guión no está a la altura de su capacidad para entretener, optando por convertirles en aspirantes a Michael Scofield, cuando el poder siempre lo han tenido en los puños y no en el cráneo.