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CRÍTICA

'El lobo de Wall Street': El Martin Scorsese más gamberro

Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio entregan la película más perfecta de sus cinco colaboraciones con esta salvaje comedia repleta de matices. Ya en cines.

Por Adrián Lavado Moreno 17 de Enero 2014 | 09:25

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Nadie como Martin Scorsese se podría haber embarcado en retratar la cultura del dinero desde una postura tan radical y salir indemne (claro ejemplo de ello lo tuvimos el año pasado con 'Dolor y dinero', de Michael Bay). El director neoyorquino ofrece su mejor propuesta desde hace décadas con 'El lobo de Wall Street', una comedia divertida, madura y fresca que, entre orgías, fiestas salvajes y demás tropelías, consigue llegar mucho más allá de la simple fachada.

'El lobo de Wall Street'

Trasladar a la gran pantalla las memorias de un sinvergüenza de ambición desmedida y falto de moral no es tarea fácil. En primer lugar, por la dificultad que conlleva que el espectador se sienta identificado con un ladrón financiero que hará todo lo posible por medrar en la vida y conseguir un ritmo de vida apabullante. Ahí entra en juego el sabio guion de Terence Winter, escritor especializado en los bajos fondos por sus trabajos en series como 'Boardwalk Empire' y 'Los Soprano', que va entretejiendo la historia como si de una montaña rusa se tratara, con sus dosis justas de comedia y sin ningún tipo de prisa, hasta una media hora final mucho más dramática pero sabiendo ajustarse al tono anterior.

En segundo lugar, tenemos al gran Martin Scorsese, que deja a un lado los encorsetamientos de sus últimas propuestas y es libre de erigirse como uno de los directores más modernos del panorama cinematográfico actual. En el 'Lobo de Wall Street' descubrimos una nueva e interesante faceta de este genio que parecía haber aparcado sus ganas de hacer un tipo de cine diferente.

Entre el gran número de críticas que ha recibido este largometraje, hay una que llama la atención por encima del resto. 'El lobo de Wall Street' ha sido tildado de glorificar el exceso, cuando lo único que hace simplemente Scorsese es mostrar al espectador las acciones del personaje principal para que cada cual saque sus propias conclusiones. Se mantiene al margen y no busca demonizarlo, al saber que él mismo está retratándose de la peor manera posible.

El ritmo de la película es constante y el director consigue que la fiesta no decaiga en todo su extenso metraje. La realización está completamente viva y aporta con las imágenes toda esa mala baba que pretende transmitir el texto. Al no salir nunca de la burbuja en la que vive Jordan Belfort y su tropa, se genera un caldo de cultivo que permite que cada secuencia sea más hilarante y excéntrica que la anterior.

'El lobo de Wall Street'

DiCaprio muestra su lado cómico

Scorsese pone los mejores medios y Leonardo DiCaprio hace el resto. El actor ofrece una de las mejores interpretaciones de su carrera (y mira que tiene otros muchos ejemplos) con este "lobo" desatado que raya en todo momento la locura. Jordan Belfort es lo más parecido a un personaje de Tex Avery que se haya visto en los últimos tiempos en la gran pantalla. Por tanto, a la hora de afrontarlo es muy difícil no caer en la sobreactuación o la parodia, pero DiCaprio saca a relucir su estupendo dominio de la técnica para que esto nunca ocurra.

La comedia es un punto importante dentro la trama y Leonardo DiCaprio sabe cómo hacer que nos riamos con él y de él, teniendo uno de los mejores ejemplos en la secuencia donde el consumo de drogas se le ha ido completamente de las manos. El actor derrocha carisma y logra hacerse con la confianza del público, pese a que el guion no pretende que empaticemos con él. Aunque DiCaprio sea el alma máter del show, el resto del reparto no se queda a la zaga y saca el máximo partido de sus apariciones, aunque en algunos casos sus presencias sean meramente anecdóticas.

Después de tres horas de película, los espectadores saldrán de la sala con la sensación de que han visto algo grande, de esos títulos que ganan con posteriores visionados. Y es que ante esa marabunta de "fuck", utilizado constantemente en sus múltiples acepciones, encontramos grandes reflexiones sobre el estado actual de la economía y la sociedad en general. ¿Sabes vender un bolígrafo?