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CRÍTICA

'Tarzán': Meteoritos y dinosaurios en un relato perdido en su arriesgada apuesta

La reinterpretación del alemán Reinhard Klooss puede encandilar a los más pequeños pero crear una indiferencia entre el público más general.

Por Alejandro Iriarte Rodríguez 12 de Junio 2014 | 11:13

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El famoso personaje de Rice Burroughs, 'Tarzán', vuelve a la gran pantalla pero esta vez de la mano de las tecnologías más avanzadas de la animación digital: el CGI (Computer Generated Imagery) y el 3D. Una versión digital que, siendo más atractiva para el ojo de los más pequeños, no lo será tanto para el público adulto.

La versión de Reinhard Kloos guarda respeto por una historia que todos conocemos y que ha sido versionada desde distintos enfoques, sin embargo, Kloos ubica los personajes en un contexto contemporáneo pero con fines distintos y acompañados de elementos tan dispares como surrealistas. Es quizás el clasicismo del personaje ideado por Edgar Rice Burroughs en 1912 la característica identitaria y de base a respetar en una posible reinterpretación y aunque esta arriesgada mezcla deja su baza en impresionar con la innovación y la sorpresa guarda también un guión fácil y sin sobresaltos, una vanguardia armoniosa con la tradición.

'Tarzán': Meteoritos y dinosaurios en un relato perdido en su arriesgada apuesta

La historia de Tarzán en 2014 se centra en la familia del empresario John Greystoke, un emprendedor investigador que 70 millones de años después busca una fuente de energía del espacio exterior que llegó a la tierra en el meteorito que extinguió a los dinosaurios. La familia -excepto el niño- fallece en una accidente de helicóptero cuando huyen de un 'despertar' del secreto mejor guardado de la naturaleza terrícola: un meteorito que parece tener vida propia y que desata una 'naturaleza descontrolada'.

Tarzán y Jane en versión contemporánea

El relato mantiene sus esfuerzos en la atención sobre el misterio de éste meteorito con puntos de vista ecologistas, de historia biológica y de ficción fantasiosa, una audaz apuesta que deja en un segundo plano la relación del protagonista con los gorilas y la selva más cercana, de ahí una obra que puede encandilar a los más pequeños pero crear una incomprensión entre el público más general.

Por ello esta heterogénea crónica de dinosaurios, origen del universo y del mundo natural-humano necesita de una representación más arriesgada y que, con esta mezcla de técnicas de animación en 3D y motion-capture utilizadas no termina de crear un atractivo diferencial. Los humanos son planos en emoción pero buscan en su inestable contexto su capacidad única, utilizando para ello una naturaleza viva y espectacular frente a unos personajes más digitales que humanos.

La 'perfección' alemana deja su marca en el guión, previsible y fuera de complicaciones, una opción que riñe con buen resultado en esta variada narrativa. Relaciones paternalistas, de amistad predestinadas y pocos conflictos sorpresa con una comunicación preestablecida deja ver un posicionamiento sin complejos para el entretenimiento y la acción más infantil.

'Tarzán': Meteoritos y dinosaurios en un relato perdido en su arriesgada apuesta

El Rey de la Selva con fuerza sobrenatural

Esta narrativa centra por otro lado su reflejo en un relato pobre en ritmo y caótico en su arriesgada reinterpretación. Una obra del director y escritor alemán Reinhard Klooss que deja, desde el punto de vista cinematográfico en una mediana posición esta película. Una simple pero a la vez difícil apuesta de crear un 'niño de la selva' alternativo termina perdiéndose en una compleja mezcla de clásicos atractivos del género infantil como son la lucha contra el villano, los dinosaurios y los superhéroes.

Un Tarzán con tintes de Hércules que hereda particularidades sobrehumanas. Una fuerza y velocidad que hacen gala en el 3D y que transformará Tarzán en un héroe consciente de su potencial, fuera de la inocente versión de Disney de 1999. Esta versión teutona llena el relato de fantasÍa, contradicciones y dilemas que, sin respuesta clara, deja en una posición crítica al público infantil. Una forma de hacer al espectador dueño del desenlace y que pone al público más joven ante una obra fácil y entretenida sin una meta preestablecida.

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