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CRÍTICA

'Selma': Efemérides

Nominada al Oscar a mejor película y canción original, 'Selma' llega a nuestras pantallas para narrarnos un acontecimiento que cumple 50 años.

Por Daniel Lobato Fraile 4 de Marzo 2015 | 10:40

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Con lo dados que son en Hollywood a engalanar a sus héroes y símbolos inmortalizándolos en la gran pantalla, que una figura como Martin Luther King Jr. no tuviera su propia película (más allá de apariciones en films como la olvidable 'El mayordomo') ya empezaba a clamar al cielo. Más cuando la vida y obras de otros personajes "históricos" del país han sido llevadas al cine con la mayor de las premuras (véase la de Chris Kyle en 'El Francotirador', fallecido hace dos años).

'Selma': Efemérides

Mientras Steven Spielberg sigue dándole vueltas a sus intenciones de hacerle una película digna de su figura, nos conformamos con el trabajo de Ava DuVernay, a partir de un guion de Paul Webb, donde nos ofrece una crónica de la campaña llevada a cabo por el activista a favor del derecho a voto de los ciudadanos negros que desembocó en una marcha entre las poblaciones de Selma y Montgomery, en el estado de Alabama, en 1965.

Exacto, la llegada de 'Selma' coincide con el cincuenta aniversario de aquel episodio histórico. Lamentablemente, recordando los episodios de Ferguson (Misuri), donde falleció el joven Michael Brown, o el trágico "I can't breathe" de Eric Garner, muerto por la policía de Nueva York, la necesidad de recuperar su discurso se ha vuelto imperiosa. ¡¿Cómo es posible que no hayamos aprendido nada en 50 años?!

La directora pone sus intenciones sobre la mesa desde el primer momento, nos relata el momento de mayor fuerza mediática del activista (justo después de haber ganado el Nobel de la Paz), muestra de él (cuanto menos, lo pretende) la faceta más humana, sus relaciones íntimas, sus dudas, sus anhelos... Pero como siempre, de las intenciones no se vive.

Tal como está planteada, si nos ponemos picajosos y reduccionistas, la de 'Selma' es la historia de un grupo de negros (y blancos) que quieren cruzar un puente. De ahí que DuVernay ponga el foco en la vida personal de Martin Luther King, dando como resultado una propuesta muy similar, curiosamente, a la planteada por Spielberg en 'Lincoln'. En aquella también se narraba un hecho concreto de la historia del personaje retratado (la ley que aboliría la esclavitud) y se adornaba la vertiente política del relato con retazos de la vida íntima del protagonista; huyendo así del esquema tradicional del biopic, empeñado en narrar toda la vida del personaje en cuestión.

Jugando con la historia

Sin embargo, el tratamiento que se hace de los personajes es muy conservador y, en ocasiones, contrario a la realidad histórica. Así, nos encontramos por ejemplo con que el presidente Johnson (interpretado por Tom Wilkinson) se asemeja a un villano (bien escudado por J. Edgar Hoover), en lugar de ser un colaborador en la causa de King y defensor de los derechos de los afroamericanos; o a la que fuera esposa del líder activista, Coretta Scott King, relegada a un segundísimo plano, un florero y, para más inri, celoso. Mientras que la decisión de "envilecer" al presidente de los EEUU puede tener su justificación para tener a una figura que represente el conflicto, la ignorancia consciente hacia el papel de Coretta Scott resulta incomprensible. En 'Selma' solo interesa Martin Luther King Jr., sus colaboradores más allegados, tuvieran la importancia que tuviesen, son meras comparsas, excusas para que intérpretes de cierto nombre de se dejen caer por ahí.

'Selma': Efemérides

Como detalle, se da la circunstancia también que los discursos de King no son los reales. Los responsables de la película no han podido hacer uso de ellos por no disponer de los derechos y han tenido que inventar los suyos propios.

Oyelowo y poco más

'Selma' no llega a enganchar demasiado, su estructura es bastante imprecisa y confusa. Los acontecimientos se van sucediendo sin que haya una apariencia de continuidad entre ellos, faltando también referentes que sitúen los hechos en su marco temporal y espacial. Tampoco ayuda el hecho de que las situaciones se vuelvan un tanto reiterativas. Los personajes se dan de bruces con las mismas barreras una y otra vez, y tienden a reaccionar de la misma forma otras tantas veces, de tal manera que no solo sabemos qué va a pasar (obvio siendo una historia basada en hechos reales), sino cómo va a pasar: un problema aquí, una respuesta allá, un detonante del conflicto por otro lado y la sufrida victoria casi al final. En conjunto 'Selma' no se sale de la norma, se muestra muy comedida para no molestar a nadie, aunque ofrece escenas muy emocionales como la del sermón de King tras la muerte de Jimmy Lee Jackson, e integra muy bien las imágenes de archivo con la recreación de la marcha hacia Montgomery que se hace en la película, pero poco más.

El gran aliciente de la película radica en su actor protagonista, David Oyelowo. El británico de origen nigeriano es el alma de 'Selma' y su presencia de deja notar esté o no en plano. De llevarse algún premio la película sería tanto por cumplir con la cuota de minorías étnicas como por hacer justicia a su actor protagonista. El actor se muestra convencido en todo momento y transmite de maravilla el carisma de su personaje.

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