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CRÍTICA

'Una nueva amiga': Entre tacones y affaires

François Ozon estrena su nueva película, 'Una nueva amiga', donde deja el drama más puro, para centrarse en el romanticismo.

Por Diego Alfonso Pizarro Da Costa 15 de Mayo 2015 | 08:00

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El director francés François Ozon deja el drama más puro e impactante para dar paso a 'Una nueva amiga', un drama romántico, donde los sentimientos y el amor serán los protagonistas de la cinta. El cineasta consiguió llevarse el premio a la mejor película en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en la categoría Sebastiane, categoría especial que concede la asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales del País Vasco.

 'Una nueva amiga'

Además de alzarse con dicho galardón, la cinta de Ozon ha estado nominada en otros premios importantes como los premios César en Francia por la actuación de Romain Duris y el mejor diseño de vestuario. En los premios Lumiere también fue nominado el actor, aunque finalmente no consiguió alzarse con el galardón.

La película cuenta la historia de Claire, una mujer que ha perdido a su mejor amiga, Laura, tras una enfermedad. Su viudo, David, se queda solo, al cuidado de su única hija, Lucie. Claire empezará a encontrarse en una espiral de autodestrucción hasta que descubre un sorprendente secreto sobre el marido de su fallecida amiga. Este enigma unirá a David y a Claire en una relación, en la que los sentimientos y los recuerdos serán sus principales apoyos, pero también sus propios enemigos. Basado en una adaptación libre de un relato de Ruth Rendell, encontrado por Ozon hace 20 años.

Aunque en un primer momento se puede pensar que se está hablando de una perversidad sexual, la historia ahondará sobre el tema, mostrando que no se limita a ello. Ozon, fiel a su estilo narrativo, intenta despistar al espectador para que busque más allá del análisis superficial, y que intuya hacia que parte está tirando, llegando a concretizar en el desenlace del film. La intención de Ozon es bastante clara, intenta hacer una crítica social, comenzando desde lo más básico y casi cómico, para llevarlo a plano dramático.

 'Una nueva amiga'

Al igual que en otras películas del realizador francés, se puede ver el factor sexual sin ningún tipo de tabú, ni vergüenza, algo que le ha funcionado, dado que esa particularidad en su cine dota de realismo cinematográfico a la historia que está contando. En esta ocasión, utiliza la sexualidad en consecuencia de los sentimientos y las historias que se viven, dejando de lado la orientación sexual de los personajes, haciendo que no caigan en un cliché que les deshumanice. La conexión que se establece entre la pareja protagonista podría parecer inverosímil en un primer vistazo, pero la manera de contarlo hace que sea interesante esta propuesta.

Gran parte del mérito lo tienen Romain Duris y Anaïs Demoustier, que además de ser protagonistas, son dos actores que consiguen llevarse la escena a su terreno, mostrando cada uno de los sentimientos que están viviendo sus personajes. Es sorprendente como Duris abandona su faceta de seductor para mimetizarse en un marido contrariado, que realmente le da miedo mostrarse tal y como es, una actuación que no busca la lástima sino el entendimiento, sin hacer prejuicios previos, sino únicamente enseñar la personalidad del personaje y que cada uno luego pueda establecer su opinión.

En su contraparte, podemos ver a Anaïs Demoustier, una perfecta Claire que es capaz de dar la sensación de pérdida constante en su actuación, esa búsqueda que no acaba, la obsesión con encontrar un reflejo de su amiga, aunque en un primer momento no quiera saber, ni oír ni ver, nada que le recuerde a ella, aunque luego se ve que constantemente quiere aferrarse a un recuerdo suyo, Demoustier consigue reflejar, sobre todo con el lenguaje no verbal, esa transición, esa evolución de su personaje, como lucha incesantemente contra sí misma. Ambos actores aportan la naturalidad necesaria para que una historia que puede parecer disparatada, sea verosímil.

 'Una nueva amiga'

La imaginación, los sueños, los deseos, el amor desmedido, la pasión, vuelven a verse en esta película de Ozon, como ya ocurriese con otras películas como 'Joven y bonita', 'Swimming Pool', '8 mujeres' o 'Gotas de agua sobre piedras calientes', la diferencia, es que está vez el director ha intentado centralizar estos atributos en los sentimientos, dejando de lado un poco la crudeza que podría haber tenido la historia, y acercarla más a la reflexión de como hay relaciones "amorosas", incluso cuando se cree que no se tienen.

Solo tú y yo

Lo característico del filme es que apenas hay alguna trama paralela, centrándose únicamente en los dos personajes protagonistas, los personajes secundarios más importantes serían el marido de Claire y Laura, la esposa fallecida de David. De esta forma, en alguna parte queda demasiado viciado solamente saber el estado de relación de los protagonistas, pese a los intentos de meter al marido de Claire en la trama, tampoco es un personaje que sea fundamental para el desarrollo de la trama; podría haber habido una profundización del entorno y no convertirse en ocasiones, en una excusa para que la trama siga fluyendo.

Se podría decir que aquí encontramos una de las películas más intimistas del director francés, además de que se ve la intención de hacer un tributo especial a la figura femenina en el film, ensalzando de varias maneras las características de las mujeres, no como frágiles sino como valientes, razonables y sobre todo, libres. Es verdad, que se ha comparado este film con el estilo de realización del director español Pedro Almodóvar, con películas como 'Todo sobre mi madre' o 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', pese a compartir características comunes, cada uno deja una huella que hace diferente una historia de otra, aunque sería curioso ver un proyecto cinematográfico en el que ambos directores estuvieran envueltos, sobre todo por su peculiar estilo y la manera de crear sus personajes y su espacio.