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CRÍTICA

'Los Minions': Una desternillante sobredosis amarilla

La precuela de 'Gru. Mi villano favorito' llega con fuerza, sin perder su esencia y con una sobredosis de Minions que nos impedirá dejar de reir.

Por Héctor Alabadí Toledo 4 de Julio 2015 | 10:56

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Tras descubrirlos en 'Gru. Mi villano favorito' y su secuela, los Minions se independizan para protagonizar su primer largometraje en solitario. 'Los Minions' se estrena en la gran pantalla para contarnos los orígenes de estos diminutos y entrañables personajes amarillos que nos enamoraron desde que los vimos por primera vez.

 'Los Minions'

La tarea no era nada fácil. La secuela tenía todos los ingredientes para triunfar pero, también, una dura tarea por delante: conseguir que estos personajes llevaran todo el peso de la trama. Mientras que en las anteriores películas servían de comodín para potenciar las tramas de Gru o como válvula de escape, aquí no tienen un protagonista que lleve las riendas de la trama, ahora les toca a ellos ser el centro de atención. Por suerte, saben atraer todas las miradas y lo consiguen, aunque con algunos peros.

Esta precuela, dirigida por Kyle Balda y Pierre Coffin, se remonta los orígenes de los Minions que llevan en la Tierra desde el principio de los tiempos. Siempre han tenido claro que su objetivo en la vida era encontrar al villano más maligno del universo para que fuera su líder. Pero su mayor problema no era encontrarlo, sino conservarlo con vida. Y nuestra misión imposible como espectadores es no morir de la risa en este prólogo insuperable. Un T-Rex o un cavernícola, un faraón egipcio, un caballero medieval, Napoleón o Drácula son algunos de los villanos a los que han servido, pero que han acabado perdiendo la vida por pequeños descuidos de estos personajes. Los Minions atraviesan una catastrófica depresión que les tiene al borde del abismo, ya que no encuentran a su líder, hasta que tres intrépidos personajillos emprenderán un viaje para encontrar a su villano favorito.

Lamentablemente, el carisma y la 'maldad' de Gru era lo más difícil de remplazar y es el principal error de esta precuela. Scarlet Overkill, la nueva villana de la historia, carece de interés para el espectador. Tanto ella como su marido, Herb Overkill, no aportan demasiado a la trama, son simplemente una excusa para que los Minions, los verdaderos protagonistas, puedan hacernos disfrutar con sus continuos y desternillantes gags. La película se crece cuando alguno de estos diminutos personajes aparece en escena.

 Scarlet OverKill y los Minions

Aunque Alexandra Jiménez y Quim Gutiérrez prestan su voz al matrimonio Overkill, no son un reclamo suficiente para que adoremos a estos nuevos villanos. Sandra Bullock y Jon Hamm son los responsables de doblar a estos personajes en la versión original, mientras que Thalía y Ricky Martin se han encargado del doblaje latino.

A pesar del magnetismo de los Minions en casi todas las secuencias, era complicado pasar de ser unos personajes recurrentes a llevar todo el peso de la trama. Y más teniendo en cuenta que no articulan demasiadas palabras. Resulta realmente complicado mantener durante noventa minutos tal grado de surrealismo, locura y comicidad. El guión de Brian Lynch solventa en gran parte este problema, pero falla en la segunda parte del film cuando llegamos a sufrir cierta sobredosis amarilla que puede terminar saturando.

Cumpliendo su cometido

Pero no necesitamos hilar tan fino, el fin cumple su cometido: entretiene y divierte (y mucho). Los más pequeños de la casa disfrutarán a lo grande con estos pequeños personajes que nos le dejarán parar de reír. Aunque no solo se entretendrán ellos, los adultos disfrutarán igual o más que los niños. De hecho, hay algunos chistes más subiditos de tono que para el público infantil pasarán inadvertidos. Sin duda, una precuela que mantiene la esencia de las dos anteriores entregas, pero con unos claros protagonistas: los Minions.

Las aventuras de estos personajes no nos han dejado indiferentes y ya esperamos próximas entregas, tanto en solitario como con Gru. Aunque cuenta con un final bastante cerrado, y previsible para cualquier persona que haya visto 'Gru. Mi villano favorito', seguro que volvemos a verlos en solitario con alguna secuela que nos permita seguir disfrutando de ellos.