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PRECRÍTICA

'Happy', always look on the bright side of life

Mike Leigh nos ofrece toda una oda a la felicidad en una película que nos hará mentener la sonrisa incluso después de salir de la sala.

Por Óscar Martínez 10 de Octubre 2008 | 11:50

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Dirigida por Mike Leigh y protagonizada por Sally Hawkins, Alexis Zegerman, Eddie Marsan, Andrea Riseborough, Sinéad Matthews, Sarah Niles, Eddie Marsan, Joseph Kloska y Sylvestra Le Touzel, 'Happy: un cuento sobre la felicidad', obtuvo el Premio a la Mejor Actriz en la pasada Berlinale.

Poppy es una joven profesora de primaria divertida, abierta y generosa, una muchacha inmune a la amargura que viste como vive, en colorines. Es un espíritu libre que se toma la vida tal y como viene, pero siempre con actitud positiva. Cuando le roban la bici, decide que es el momento de sacarse el carnet de conducir. Su profesor de autoescuela es Scott , un tipo huraño y amargado, torturado y torturador, enfermo de su propia bilis interior. A medida que se conozcan, Poppy acabará enseñando al instructor más de lo que él puede enseñarle a ella...

Always look the bright side of life

Entretenida fábula nos ofrece Mike Leigh, en una película mucho más ligera, refrescante y divertida de lo que suele se habitual en su filmografía.

Si bien 'Happy: un cuento sobre la felicidad' peca tanto de cierta inocencia como de la ausencia de un argumento verdaderamente sólido, cabe decir que la película de Mike Leigh se erige como una modesta aunque cruenta batalla contra la amargura generalizada que envuelve al mundo occidental. Así pues, el personaje interpretado por Sally Hawkins no nos ofrece otra cosa sino la lucha cotidiana por mantener el buen humor y tratar de contagiarlo a todo aquel que la rodea, enfrentamiento que, por sí mismo, no necesitaría de ningún tipo de entramado para cumplir su función; tampoco necesita moralina alguna, limitándose a retratar en una historia mínima en clave de comedia ligera a una sociedad demasiado ocupada con los quehaceres cotidianos y sus consecuentes problemas como para disfrutar de la vida; como si de una Momo en clave brittish se tratase, el personaje de Poppy deberá enfrentarse a los Hombres grises de nuestra sociedad, devolviendo la felicidad a todos aquellos que la rodean.

La película de Mike Leigh, por ello, es toda una oda a dicha felicidad, al altruismo, así como a la ruptura con los estándares sociales, como el matrimonio y la autoimpuesta obligación de formar una familia, en una película que, pese a que apenas sí nos arranca carcajadas, bien es cierto que nos hace esbozar una perenne sonrisa que se mantiene una vez el espectador ha salido de la sala; 'Happy: un cuento sobre la felicidad' contiene, por ello, momentos verdaderamente memorables, como todos los concernientes a la autoescuela, con un genial Eddie Marsan en su papel de ser cohibido y sumido en la amargura.

Por otro lado, puede que a más de uno llegue a cargarle en exceso la interpretación a cargo de Sally Hawkins, algo histriónica e imposiblemente vital, si bien su marcado carácter no se nos antoja gratuito, reivincándose como una batalladora que protagonizará un verdadero tour de force contra la amargura generalizada de nuestra sociedad. De este modo, y a pesar de las primeras impresiones, la estupidez no es la armadura de Poppy en dicha batalla cotidiana, sino la fuerza interior, el amor a la vida y, por enciam de todo, la innata capacidad de trivializar todos aquellos problemas mundanos que normalmente ensalzamos a la categoría de obstáculos imposibles de salvar.