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PRECRÍTICA

'Quemar después de leer', los Coen siguen en racha

Los hermanos Coen regresan a su habitual registro para ofrecernos una divertidísima crítica de espionaje y estupidez humanas.

Por Óscar Martínez 10 de Octubre 2008 | 11:55

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Tras la oscarizada 'No es país para viejos', Ethan y Joel Coen regresan a nuestras pantallas con 'Quemar después de leer', película que, curiosamente, debía preceder a la adaptación de la novela de Cormack McCarthy.

Protagonizada por George Clooney, Frances McDormand, Brad Pitt, John Malkovich, Tilda Swinton Richard Jenkins y J. K. Simmons entre otros, la película cuenta la historia de Ozzie Cox, un agente de la CIA que, tras ser despedido, está escribiendo sus memorias, guardándolas a buen recaudo en un CD. El problema surge cuando Ozzie se deja el CD accidentalmente en el gimnasio, lugar donde lo encuentran unos empleados sin escrúpulos que intentan chantajear a Cox.

Los Coen siguen en racha

Con una carátula que no puede dejar de evocarnos la obra de ese genio de nombre Saul Bass, los hermanos Coen regresan con una nueva comedia esperpéntica que, si tuviéramos que compararla con el resto de su filmografía, sin duda se encontraría cerca de títulos como 'El gran Lebowski', 'Crueldad intolerable' o incluso 'Fargo'.

Concebida como una comedia coral repleta de personajes indefectiblemente coenianos, 'Quemar después de leer' es una ácida parodia del cine de espías cuyo esperpéntico elenco de personajes brinda a ambos guionistas la oportunidad de realizar un sarcástico análisis de la sociedad norteamericana de nuestros tiempos. De este modo, y más allá de la perenne conspiranoia que aflige a unos personajes que abarcan todo tipo de estratos sociales dentro de la sociedad del bienestar, Quemar después de leer es una radiografía de la crisis de la mediana edad, hallándose en ambos puntos muy próxima al 'Misterioso asesinato en Manhattan' de Woody Allen.

De este modo, la búsqueda de emociones del personaje protagonizado por Diane Keaton no dista en demasía de los vistos en 'Quemar después de leer', principalmente a cargo de la pareja constituida por Brad Pitt y, sobretodo, Frances McDormand, en una búsqueda de emociones ante una vida trivial y monótona que comienza sufrir los estragos de la edad. Los hermanos Coen, por ello, realizan una nueva vuelta de tuerca al personaje interpretado por la ganadora de un Óscar por 'Fargo', añadiéndole esa obsesión por el culto al cuerpo que, a su vez, queda a su vez reflejado en diferente medida a través de los personajes de Brad Pitt y, sobretodo, George Clooney. Así pues, la frivolidad de los diferentes affairs amorosos entre sus protagonistas, sobretodo representados en la figura de ese vividor protagonizado por George Clooney, se nos antojan como una nueva permutación de dicha búsqueda de emociones, esa inquietud por revitalizar una vida sedentaria y rutinaria que ha perdido la vitalidad y el idealismo de los años de juventud.

Punto y aparte merece el retrato de la estupidez humana que Ethan y Joel Coen nos brindan en Quemar después de leer, con personajes tan maravillosos como los de John Malkovich, Frances McDormand, Brad Pitt o Richard Jenkins, y que tienen su colofón final en los memorables diálogos entre los dos agentes de la CIA a quienes dan vida J. K. Simmons y David Rasche, paradigma de la idiotez personificada en unas mentes supuestamente privilegiadas.

Concebida como una comedia de enredo basada en el absurdo de un entramado inexistente, 'Quemar después de leer' es notable ejercicio de comedia ligera de corte eminentemente clásico, que alcanza no pocos instantes de hilarismo a lo largo de un metraje que transcurre con un ritmo frenético, rodada al más puro estilo Tony Scott.