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CRÍTICA

'Anacleto: Agente Secreto': Espía como puedas

En España también sabemos adaptar tebeos a la gran pantalla sin tener que recurrir a la animación. La nueva película de Javier Ruiz Caldera lo demuestra.

Por Daniel Lobato Fraile 31 de Agosto 2015 | 17:07

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Ethan Hunt, Nikita, Evelyn Salt, Austin Powers, Nick Furia, Carrie Mathison... el cine y la televisión nos han regalado a lo largo de los años un buen número de espías, personajes que han sabido moverse en los terrenos más ambiguos y secretos de la política internacional, en los espacios donde se fraguan las conspiraciones y se gestan los nuevos líderes mundiales. El género, que quizás viviera sus años de esplendor durante la etapa final de la Guerra Fría, ha sabido reinventarse y amoldarse a las sensibilidades actuales. Así, las tramas que iban cociéndose a fuego lento, a través de largas secuencias conversacionales, si bien no han desaparecido, han dejado paso a la adrenalina y el humor.

Anacleto: Agente secreto

Los agentes secretos ya no pasan tanto tiempo en los despachos o entre las sombras como haciendo explotar cosas y promoviendo las carcajadas entre el público. Son el cine de acción y la comedia el nuevo refugio de estos héroes anónimos. 'Anacleto: Agente Secreto' conjuga ambos tipos y se presenta como un buen ejemplo de la dinámica actual en la que se envuelven estos personajes.

Salido de la mente de Vázquez, Anacleto es, junto a Mortadelo y Filemón, el exponente más conocido del espionaje español en la ficción. Y uno de nuestros héroes tebeísticos más populares. Nacido a mediados de los años 60 el personaje está (si todo va bien) a punto de entrar en una nueva y prolífica etapa gracias a la adaptación que ha sacado adelante Javier Ruiz Caldera con Imanol Arias y Quim Gutiérrez como protagonistas.

Anacleto: Agente secreto

El director pone todas sus armas al servicio de esta comedia de acción con la que pretende volver a conquistar la taquilla. Y con antecedentes como '3 bodas de más' o 'Spanish Movie', parece una apuesta ganadora.

Javier Ruiz Caldera nunca falla

'Anacleto: Agente secreto' tiene momentos realmente divertidos y logra integrar muy bien las escenas de acción en el tono marcadamente cómico que lleva la propuesta. El sentido del humor impregna desde los diálogos a los momentos de mayor tensión, funcionando tanto a nivel físico como emocional. La película arranca con la habitual escena de "salva al gato" en la que se presenta al héroe y en unos pocos trazos queda definido a la perfección, haciendo que entremos con él y no le abandonemos en lo que resta de aventura.

Anacleto: Agente secreto

En este sentido, Javier Ruiz Caldera vuelve a demostrar conocer al dedillo los códigos del género al que se enfrenta, aprovechándolos para configurar su historia. Huye además, y esto es de agradecer, el típico relato de orígenes. Le da una vuelta de tuerca al concepto al plantearlo como una "cesión de testigo": Tenemos a Imanol Arias dando paso a su hijo, Quim Gutiérrez, como el espía de nombre en clave 'Anacleto'. Ambos intérpretes sorprenden, para bien, en un tono al que no nos tienen acostumbrados, con escenas muy físicas. Destacan, por ejemplo, la coreografía de lucha de Quim contra los malos de turno en un mercado, o la encarnizada pelea que mantiene Imanol con sus enemigos en la casa familiar. El veterano actor, a quienes los más jóvenes tienen encasillado como Antonio Alcántara, da la impresión de haber rejuvenecido 15 años en esta película. ¡Menuda energía! La petición no se puede hacer esperar más... ¿para cuándo un spin-off protagonizado por él?

'Anacleto: Agente Secreto' también tiene algunos peros. Principalmente dos: el exceso de subrayado y Carlos Areces. El actor no convence como villano y le sucede lo mismo que a los últimos malvados marvelitas (por poner ejemplos que todos tengamos frescos), no tiene carisma. El que la cinta tenga un tono más ligero no debería de servir como excusa para que su tratamiento sea tan superficial. Si la amenaza no está a la altura, ¿qué fuerza tiene el héroe?

En cuanto al subrayado, este lo vemos sobre todo en la mala costumbre de poner en boca de los personajes lo que estamos viendo en imágenes y en la reiteración de ciertos gags. No por repetir algo hasta la saciedad tiene más gracia, además de perder el factor sorpresa que funciona de gancho de alguno de ellos, volviéndolos previsibles para el espectador.

La valoración general, sin embargo, es positiva. Los americanos tendrán a Jason Bourne y los ingleses a James Bond, ¡pero nosotros tenemos a Anacleto! ¿Quién envidia a quién? ¿Quién?