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25 ANIVERSARIO

'Uno de los nuestros' cumple 25 años: 5 razones por las que hay que celebrarlo

El clásico de Martin Scorsese cumple 25 años. Lo celebramos analizando sus puntos fuertes.

Por Diego Fortea 19 de Septiembre 2015 | 18:35

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'Uno de los nuestros' es una de esas películas que nos han marcado poderosamente. Se cumplen 25 años de su estreno, por lo que es el momento propicio para ahondar en los elementos que constituyen su existencia. El inabarcable Martin Scorsese nos introdujo en su universo más identificable, que es el de los gangsters engominados.

Joe Pesci me vuelve loco, o tal vez será que la locura de su personaje es contagiosa. Y Robert De Niro... qué voy a decir de él que no sepamos ya. Como todas las grandes crónicas sobre la cosa nostra, esta historia es un tratado sobre la fragilidad del poder y hasta qué punto podemos abandonarnos con tal de obtenerlo. El personaje que interpreta Ray Liotta fantasea desde muy joven con la idea de ser un mafioso. Y lo logra, sucumbiendo ante la ambición, llegando al punto en el que sus propios amigos se convierten en sospechosos. Hasta el punto de querer y perder todo a la vez.

Con los complicados años ochenta tocando a su fin, Scorsese preparó con minuciosidad un ansiado proyecto sobre una novela de su amigo Nicholas Pileggi que le había entusiasmado. De ahí nació 'Uno de los nuestros', filme que cristaliza toda obsesión, narrativa y estilo que fue atesorando Scorsese durante sus años de carrera cinematográfica. Pero, entrando en materia: ¿Por qué hay que ver 'Uno de los nuestros'?

1 Es la mejor película de gangsters

Uno de los nuestros

Muy pocos cineastas han indagado con tanta lucidez en la fragilidad de la escrupulosa lealtad y en las cotidianidades salvajes. Con frecuencia se ha dicho que 'Uno de los nuestros' es la película sobre la mafia de mayor trascendencia desde 'El padrino'.Puede que lo sea, pues la obra de Scorsese se alza como un reflejo de la idiosincrasia más barriobajera tan típica en los mandos intermedios de estas bandas, mientras que la ficción de Francis Ford Coppola tiende a ahondar en la épica de la organización criminal italoamericana personificada por sus grandes jefes.

2 Un reparto de miedo

Uno de los nuestros

La primera frase del personaje encarnado por el visceral Ray Liotta comienza a estructurar esta perversión del tradicional cuento norteamericano que presenta al don nadie ávido de poder. Como otros grandes personajes del cine de Scorsese, Hill se verá cercado por la nociva obsesión de formar parte de la comunidad mafiosa de su barrio. Su provocativa e impúdica voz en off funciona como un complemento perfecto frente a una puesta en escena que evita todo tipo de ortodoxias fílmicas a la hora de presentar los acontecimientos. Los respectivos personajes de Joe Pesci y Robert De Niro también responden a este estilo alejado de clasicismos. Pese a las ingentes cantidades de dinero que obtienen mediante sus reprobables actuaciones, ninguno de los tres llega a agenciarse con altos cargos. De tal manera, nos vemos envueltos en otra historia de perdedores que se percatan del lado más efímero de su existencia, cuyo final siempre oscilará entre la cárcel o un disparo en la sien. Es por ello que disfrutan del presente más inmediato.

3 Los diálogos rezuman oro puro

Uno de los nuestros

Aún refiriéndonos a los personajes, deberíamos exponer una entre otras muchas secuencias destacables, que es el famoso diálogo de sobremesa que entablan Henry Hill y Tommy DeVito, interpretado por Joe Pesci. A lo largo de la conversación, una simple broma termina tornándose hacia la violencia más frenética. Este instante nos hace entrever la naturaleza peligrosa e inestable de Tommy, pues los tres rostros protagonistas integrarán una sociedad de dobles morales siempre dispuesta al borde de la ruptura bajo traición. Jimmy Conway, interpretado por Robert De Niro, vendría a ser el criminal más avezado del grupo, pero también colmado de vaivenes mentales.

4 Refleja toda una época

Uno de los nuestros

Con una mirada amplia y exenta de prejuicios, Scorsese cuenta lo que supone crecer en un barrio de trabajadores en el que los gangsters hacen lo que les viene en gana; recorriendo un itinerario histórico plasmado con precisión, desde el esplendor vivido por el protagonista durante la década de los sesenta, hasta sus convulsos y decadentes años setenta. El director también se empeña en recrear la vida de sus personajes de manera prácticamente documental, centrándose en momentos puntuales de gran valor expresivo.

5 La realización es ejemplar

Uno de los nuestros

La realización destaca por mezclar nostalgia y cinismo a partes iguales. Contando con la inestimable complicidad del operador de origen alemán Michael Ballhaus, Scorsese filma 'Uno de los nuestros' resolviendo cuestiones dramáticas y expresivas muy elaboradas. Sólo así pueden definirse algunos de los panoramas visuales más inimaginables, como comenzar el relato por el evento catalizador del desastre finalpara regresar luego a él hacia la mitad de la historia; o paralizar el tiempo en ocasiones puntuales para prolongar el estado de conmoción e incrementar la efectividad de la voz en off. El uso de la cámara es admirable. Fijaros en cómo ésta recorre tanto a los sujetos como a los espacios. Encontraréis varios usos de la steadycam lo suficientemente complejos como para jubilar a un operador de cámara. Cortes salvajes y elegantes, en perfecta sincronía con una cuidada selección musical. Episodios dantescos o divertidos, pero trepidantes. El metraje se toma su tiempo, pero sin perder intensidad. La cantidad de secuencias antológicas de esta película es literalmente asombrosa, rodados con una energía adolescente, lúdica y grave al mismo tiempo.

Y es por ello que, 25 años después de su lanzamiento en salas, os animo encarecidamente a que la veáis.