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CRÍTICA

'El renacido (The Revenant)': Salvaje redención

Leonardo DiCaprio lleva fantásticamente casi todo el peso de una película densa y dura, en la que la fotografía de Lubezki brilla muchísimo más que la dirección de Iñárritu.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 1 de Febrero 2016 | 13:35
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Alejandro González Iñárritu regresa a los cines un año después de lograr alzarse con el Oscar a la mejor película por 'Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia)', un largometraje que, entre sus muchos logros, conseguir no dejar a nadie indiferente es uno de los principales. Es bastante seguro que, de no haber tenido el éxito que tuvo con ella, se habría encontrado con muchas puertas cerradas cuando empezó a trabajar en 'El renacido (The Revenant)'. El rodaje que planteaba sonaba a locura. Pero si se quiere superar a un trabajo que casi lo consiguió todo, hay que enfrentarse a los mayores retos. Por descabellados que suenen.

El renacido (The Revenant)

Leonardo DiCaprio confió en el talento del mexicano y se sometió a un calvario para llevar a la gran pantalla la novela de Michael Punke 'El renacido'. La historia se centra en Hugh Glass, un hombre que trabaja en el salvaje oeste cazando animales para conseguir sus pieles. En una de sus expediciones son sorprendidos por los nativos americanos, y durante la huida, el protagonista es atacado por un oso (un muy buen trabajo de efectos especiales), que le deja medio muerto. Su hijo (mestizo, por cierto) y otros dos compañeros del grupo se quedan con él hasta que pueda caminar, mientras que el resto intenta salvar todas las pieles posibles. Pero uno de ellos (un fantástico Tom Hardy) se harta de esperar y mata al hijo de Glass y engaña al otro para que se vaya con él, dado que no parece que Glass vaya a salir de esta. Pero la sed de venganza le da las fuerzas suficientes para iniciar un largo camino lleno de penurias en busca del hombre que le quitó todo lo que le quedaba.

Después de lo curiosa, compleja y estimulante que resultaba la trama de 'Birdman', Iñárritu apuesta esta vez por una historia mucho más directa: una historia de venganza y de redención. 'El renacido' nos muestra de lo que es capaz un hombre cuando se deja llevar por la ira. Cuando a Glass le arrebatan lo que más quiere, cualquier otro dolor es una nimiedad. Y durante dos horas y media vemos a DiCaprio sufrir muchísimo dolor. 'El renacido' esconde una película muy visceral. El enfrentamiento inicial con los indios es un ejemplo de ello. Es una batalla sucia, con mucha sangre mezclada con barro. Con flechas clavadas en cabezas. Con balas atravesando el pecho. Con cuchillos cortando tendones. La violencia es totalmente salvaje, tanto por parte de los hombres como de la propia Naturaleza, que en esta película es un personaje más. No es una película para todo el mundo, es un retrato de una época muy cruda y de una guerra muy cruel e injusta, llena de odio y rencor, que no es mostrada a través de ningún filtro que la haga más fácil para el espectador.

El renacido (The Revenant)

Casi toda la película está centrada en Hugh Glass, el personaje de DiCaprio, ese tipo de hombres que parece no tener más mala suerte porque no la pide. Ya de por sí la escena del oso parecía bastante brutal (bromas sobre las posturas de hombre y bestia aparte), pero era solo una de las muchas perrerías que vemos sufrir a este personaje, que por muy negro que lo tenga no dejará de luchar para llegar hasta encontrar al personaje de Tom Hardy, incluso buscar cobijo en los sitios más insospechados. Hacia la mitad de la película, uno se pone a pensar que ya se habría rendido mucho antes. Pero gracias a que Glass no lo hace, vemos a un Leonardo DiCaprio de nuevo rozando la perfección. Y sin apenas palabras. Una historia tan primaria no las necesita. Pero en el dolor, en la ira, en la adversidad, en todo momento DiCaprio da lo mejor de sí mismo. Parece que este sí será su año y se llevará el Oscar, y no estamos ni mucho menos ante el típico Oscar de consolación, aunque sí tenga papeles mejores. Con Hugh Glass, el actor podrá subir al escenario con la cabeza alta para recibir un premio que se lo ha ganado a pulso. De hecho, hay una escena en la película en la que hasta parece estar diciéndonoslo directamente.

Cuando la fotografía se come a la dirección

No por quitar peso a su trabajo, pero el rodaje en sí debió de ayudar mucho a que el actor se metiera en el papel. Iñárritu quiso rodar la película al aire libre y aprovechando la luz natural. Muchas veces habrá oído a gente preguntarle si estaba loco. Porque eso implica que la planificación está a merced de algo tan impredecible como la naturaleza, y que las opciones de repetir algo son mínimas. Normal que la tensión en el set se cortara con un cuchillo, y que el trabajo de los actores estuviera bajo una presión total. Todo ayuda a que 'El renacido' sea excelente en, primero, las interpretaciones (no solo está DiCaprio de diez, también su antagonista, Tom Hardy, que sigue siendo un portento con todo lo que hace). Y qué decir de la fotografía. Emmanuel Lubezki saca todo el partido a las condiciones del rodaje y nos da, de nuevo, una imagen de las que asombran plano a plano. Pocos pueden mostrar una violencia tan basta con una belleza tan deslumbrante. Es un trabajo impecable el suyo, posiblemente lo mejor de la película, pero casi parece que ha primado la fotografía mucho más que la dirección.

El renacido (The Revenant)

Iñárritu sigue dejando constancia de su talento gracias a sus interesantes planos secuencia (como el de la primera batalla, por ejemplo), pero en lo que no ha sido tan exitoso es en la sala de montaje. Dos horas y media de un hombre pasándolo mal es demasiado, no solo por la intensidad de tanto sufrimiento, sino porque es casi imposible que no tenga momentos muertos. 'El renacido' se hace larga, muy larga. No solo porque lo es, sino porque una de sus grandes características como es esa reducción de casi todos los elementos a lo básico es bastante incompatible con una larga duración. Entiendo que cada escena lograda de una forma tan arriesgada merecía, para el director, llegar al montaje final, pero era muy necesario que hubiera pasado la tijera unas cuantas veces porque su visitando se convierte en una experiencia un tanto extenuante. Eso sí, cada golpe que da es certero y lo sentimos con toda la intensidad.

'El renacido' nos muestra que el camino de un hombre hacia su liberación personal puede estar lleno de dolor, de sangre y de venganza. Y Alejandro G. Iñárritu lo convierte en una película violenta y cruda, en la que abandona todo el artificio de su anterior película y vuelve a lo más básico. En la que la crueldad de la Naturaleza no es ni la mitad de terrible que la que pueden infligirse los hombres, que son el verdadero sinónimo de lo salvaje. En este escenario encontramos una película difícil, incómoda, en la que la belleza se tiñe de rojo y en la que el riesgo del propio camino que ha sido su rodaje se vuelve a traducir en que la indiferencia no es una opción.

Nota: 7

Lo mejor: Leonardo DiCaprio, ha llegado tu momento. La fotografía de Emmanuel Lubezki, perfecta como siempre

Lo peor: Iñárritu, hay que saber cuando es necesario meter la tijera