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CRÍTICA

'Nacida para ganar': Estafa made in Móstoles

Llega a las salas españolas la última comedia de Vicente Villanueva protagonizada por un trío femenino de altura: Victoria Abril, Alexandra Jiménez y Cristina Castaño. En cines desde este viernes 6 de mayo.

Por Roberto Cabanillas Trenado 5 de Mayo 2016 | 17:19

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Móstoles, tremendo universo que llega a nuestras salas de cine para ambientar la última comedia del valenciano Vicente Villanueva, 'Nacida para ganar'. Porque desde este viernes 6 de mayo este carismático municipio del sur madrileño aterriza para regalarnos empanadillas, gin tonics y trajes femeninos de alta costura.

 Fotograma con las tres protagonistas de 'Nacida para ganar'

¿Alguna vez se han dejado seducir por algún artículo milagroso expuesto en la teletienda? ¿Cambiaría la cosa si quien vendiese el producto fuese una actriz española de renombre en lugar de Chenoa? ¿Preferiría disfrutar de los beneficios físicos de unas cremas reafirmantes o ganar miles de euros a base de la venta de éstas? 'Say Life' y sus productos cosméticos capaces de mantener joven hasta a la mismísima Carmen Lomana son el punto de partida de esta historia que nos habla del fracaso, la suerte en la vida y el anhelo de éxito intrínseco a todo ser humano. Unas cuestiones, que, por otro lado, están cada vez más presentes en la mente de los ciudadanos españoles a raíz de una crisis económica que lleva durante años mermando toda perspectiva posible de futuro.

En esta dura situación, conocemos a Encarna (Alexandra Jiménez), una pobre diabla mostoleña que además de llevar toda su vida sufriendo un estigma derivado de un gag protagonizado por Martes y Trece, es incapaz de evolucionar emocional y profesionalmente. Es por ello que cuando se reencuentra con una vieja conocida, María Dolores (Cristina Castaño), no puede evitar dejarse seducir por su renovada apariencia chic y por una oferta de trabajo que huele a timo desde el minuto uno.

En 'Nacida para ganar' asistimos a un desfile de frustraciones personales, desgracias surrealistas y lobas con piel de cordero que se muestran ante nuestros ojos con gran naturalidad e ingenio. Y a modo de homenaje, accedemos a ese municipio tan olvidado por nuestra cinematografía patria para descubrir que Móstoles es algo más que el lugar que vio nacer a Iker Casillas. Lejos de ese nivel de exageración del universo quinqui presente en cintas como 'Yo soy la Juani' este segundo largometraje de Villanueva nos regala un retrato preciso, divertido y original de una zona que tiene curiosos elementos que aportar en lo que cine cañí se refiere. Ya sean tiendas de colchones, mercados o pendientes de aro. Son suficientes para introducirnos en ese escenario honrado, simpático y sencillo que tanto choca con la intención estafadora de las más sucias y ruines empresas multinacionales.

 Fotograma de 'Nacida para ganar'

Además nos encontramos ante un escenario que funciona a la perfección gracias a una puesta en escena que explota las posibilidades estéticas y narrativas que ofrece. Mientras que la iluminación resalta vestidos y elementos dorados que ocultan la triste realidad experimentadas por las protagonistas, el atrezo y el vestuario consiguen reforzar el lado cómico de las situaciones expuestas en la cinta. Y en realidad, cuando nos queremos dar cuenta, aceptamos y asimilamos con una sonrisa el importante discurso que esconde la cinta: no hay que avergonzarse de los orígenes y hay que aceptarse siempre a uno mismo.

El regreso de Victoria

En el plano actoral, Alexandra Jiménez vuelve a demostrar que dispone de herramientas interpretativas suficientes para sacar adelante una película ella solita (¿en realidad alguien seguía teniendo dudas al respecto tras sus últimos trabajos?) mientras que Castaño está fabulosa encarnando a esa falsa y pérfida mejor amiga que ahora pretende llamarse 'Felicidad'. Aunque, como cabía esperar, Victoria Abril se convierte en la protagonista absoluta de esta chistosa función. Porque la madrileña solo necesita un par de pelucas ridículas para robar planos sin piedad a sus compañeras de reparto. Con una piel menos tersa que de costumbre, unos pendientes descomunales y un lápiz de ojos espeso hasta decir basta, Abril ofrece una de esas interpretaciones desgarradas, alocadas y desviadas tan suyas. Convertida en un auténtico esperpento, tiene pocos reparos a la hora de reírse de si misma. Y por cierto, le sientan igual de bien los cincuenta que a la mismísima Bette Davis.

 Victoria Abril en 'Nacida para ganar'

También merece una mención especial ese cómico personaje secundario interpretado por una desconocida Ana María Ayala. Sus frases y los gags en los que participa no tienen ningún tipo de desperdicio. De hecho, muchos se sentirán identificados con los deseos y expectativas de esta conmovedora mujer conocida como Aurora "la Pulgui". Ella, junto a las simpáticas Supremas de Móstoles (habría que plantearse construirles una estatua en el municipio, se lo han ganado) consiguen añadir una chispa especial a una comedia que da luz verde a todo tipo de figuras excéntricas.

En definitiva, 'Nacida para ganar' nos ofrece un relato desenfadado y loco sobre las esperanzas, las ambiciones y los pequeños desengaños que experimentamos a lo largo de nuestra vida. Goza de un reparto a la altura, de un guión divertido y de un discurso sobre la crisis y las estafas capaz de sacarnos alguna que otra carcajada. Recomendable para aquellos momentos en los que el espectador busque desconectar durante unos minutos.

Nota: 6

Lo mejor: Victoria Abril y el personaje de Aurorita "la Pulgui".

Lo peor: La ausencia de una mayor dosis de acidez y picardía.