9 curiosidades de 'A dos metros bajo tierra'

Como ya se ha dicho, la muerte es un tema central en esta serie. Alan Ball, su creador y de 'True Blood', lo tuvo claro. Además, tuvo una trágica inspiración: la muerte de su hermana en un accidente de coche cuando llevaba al propio Ball a clase de música. Además, como Ball ha relatado, "mi padre murió dos años después de eso, y entre medias mi abuelo, mi abuela y una tía abuela". El funeral de su hermana le impactó mucho: "de repente fuimos a la funeraria y ahí estaba, tumbada en una caja. La habían peinado como ella nunca lo hubiera hecho y llevaba un pintalabios que no era suyo. No se parecía a ella pero sí se parecía. Fue raro".

Este dato no se le escapará a ningún seguidor de la serie. Todos, o casi todos los capítulos, siguen la misma estructura. Comienzan con una muerte que desarrolla el capítulo, ya que el cadáver es trasladado a la funeraria de los Fisher. Como excepción que confirma la regla, algunos de los capítulos no siguen este modelo. Entre ellos, el último, que comienza con un nacimiento.

Existe una explicación de por qué 'A dos metros bajo tierra' está situada en Los Ángeles. Según Alan Ball, la elección de la ciudad californiana viene justificada porque "es la capital mundial de la negación de la muerte".

Aquellos que recuerden el episodio piloto tendrán en mente algunos anuncios falsos que se incluyeron publicitando productos funerarios: un coche fúnebre, líquido de embalsamar, rellenador de heridas... todos ellos con un importante toque humorístico. La idea era que se fueran desarrollando más anuncios a lo largo de la serie, pero no pasaron del primer capítulo.

Hay curiosos datos acerca de los castings de 'A dos metros bajo tierra'. El más destacado es el de Peter Krause, que hizo la audición para el papel de David Fisher, que fue finalmente para Michael C. Hall. Además, Anna Faris hizo el casting para ser Claire (Lauren Ambrose), pero fue rechazada porque Ball no pudo evitar reprimir la risa durante la audición: era demasiado graciosa para el papel. Finalmente, Juliette Lewis intentó hacerse con el papel de Brenda (Rachel Griffiths).

Uno de los capítulos más polémicos de la serie comenzaba con la muerte de un bebé de tres semanas. Uno de los guionistas se opuso a incluir esto en el guion por considerar que la audiencia rechazaría esta trama. Ante esto, Alan Ball respondió despidiéndole.

El poder de la televisión, aunque sea por cable, es impresionante. Como muestra, una anécdota de Richard Jenkins, que interpretaba al difunto Nathaniel Fisher. Jenkins acudió a un general en la vida real y una mujer se le acercó y le preguntó: "¿esto se está rodando?".

En los negocios de los funerarias son muy importantes las flores. En la serie aparece con regularidad una floristería concreta que existe realmente en la ciudad de Los Ángeles. Antes de esta floristería, el local albergaba una gasolinera. En esa misma gasolinera repostó por última vez en su vida James Dean, antes de estrellarse con su Porsche Spyder.

La última curiosidad tiene que ver con el final de la serie, brillante e increíblemente emotivo. La serie termina, en un movimiento magistral, mostrando las muertes de todos sus protagonistas. Uno de los guionistas sugirió esta idea y todo el equipo se rió de ella, pero Alan Ball se dio cuenta de que esta era la manera correcta de terminar la serie.