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CRÍTICA

'Expediente Warren: El caso Enfield' consigue espantar a la maldición de las secuelas de terror

James Wan dirige y co-escribe la secuela de la exitosa y deliciosa película de 2013 protagonizada por Patrick Wilson y Vera Farmiga.

Por Javier Pérez Martín 6 de Junio 2016 | 18:57

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El primer tráiler de 'Expediente Warren' aún me provoca escalofríos. James Wan consiguió unir terror clásico, nostalgia y buen hacer en una de las mejores películas de género de lo que llevamos de década. Y de paso nos regalaba una de las escenas que se quedan grabadas: Lili Taylor y dos manos dando palmas detrás de ella.

La idea era perfecta para una saga: basadas en los casos "reales" de Ed y Lorraine Warren, investigadores paranormales durante los años 70 y 80, las posibilidades de secuelas son tan jugosas como justificadas. Pero ya sabemos lo que pasa con el terror, que suele cumplir el famoso dicho "segundas partes nunca fueron buenas".

'Expediente Warren: El caso Enfield'

Y esto es especialmente cierto en el caso del director: Wan ya patinó con 'Insidious Capítulo 2', a pesar de que la primera parte tenía muchos aciertos. Por eso iba con miedo (y no en el buen sentido) a ver 'Expediente Warren: El caso Enfield'.

Para mi sorpresa y alivio, James Wan ha podido contra la maldición, igual que Ed y Lorraine luchan contra los demonios y fantasmas. El director de 'Fast & Furious 7', que ya está manos a la obra con 'Aquaman', ha conseguido montar una secuela decente y que está casi a la altura de su predecesora.

'Expediente Warren: El caso Enfield'

Y lo ha hecho repitiendo lo que ya le funcionó. Terror de la vieja escuela, un gran manejo del género de casas encantadas, sustos efectivos y buen drama de personajes. Poco más se le puede pedir. 'Expediente Warren: El caso Enfield' no viene para revolucionar el género (eso es trabajo de las cintas indies que se pueden ver en festivales), sino para entretener y provocar pesadillas. Y lo consigue con creces.

El caso Enfield es el de los Hodgson, una familia abandonada por su patriarca, con una madre "coraje" que cuida de cuatro hijos mientras saca adelante las cuentas. Viven en una desgastada y corroída casa de dos pisos en un distrito de Londres (Enfield), y pronto empiezan a experimentar extraños episodios paranormales. La hija mediana, Janet (convincente Madison Wolfe), será la protagonista de la mayoría de los episodios, hasta el punto de ser acosada y poseída por el espíritu que habita la casa.

'Expediente Warren: El caso Enfield'

Mientras tanto, los Warren se han hecho famosos en Estados Unidos por investigar el famoso caso de Amityville, ha pasado una década desde el caso de los Perron y Lorraine, aterrorizada por unas visiones especialmente turbadoras, decide que ella y su marido deben alejarse por un tiempo de los casos paranormales. Pero las ansiadas vacaciones no durarán mucho, pues la Iglesia les pedirá que comprueben la validez del episodio británico.

El guion, escrito a ocho manos por Carey y Chad Hayes (que repiten también), el propio Wan y David Johnson (que debutó con el guion de 'La huérfana' en 2009), le da la misma importancia a ambas historias, lo cual hace de la primera mitad algo larga y pesada. Personalmente, no me molestó la longitud y el ritmo, porque son dos dramas familiares, un género que me encanta, y más cuando se mezcla con el buen terror, pero la estructura típica de día familiar seguido de noche con sustos se vuelve repetitiva en cierto punto, aunque hará las delicias de los fans del género.

'Expediente Warren: El caso Enfield'

Aunque no ofrece nada nuevo, James Wan sigue dominando los tópicos y recursos del género sin llegar a reírse del espectador ni aburrirle, lo cual ya tiene mucho mérito. Por otra parte, las grandes bazas de la primera película siguen ahí: aunque la realización del director no está tan inspirada, el diseño de producción de Julie Berghoff hace de esta casa encantada el espacio perfecto para el terror. Wan sigue inquietando con planos muy abiertos que resultan amenazadores e impredecibles, aunque juega menos con el espacio y la puesta en escena, y otros elementos, como la música de Joseph Bishara, consiguen construir lo mejor de 'Expediente Warren: El caso Enfield': la atmósfera.

Otros aciertos propios del director: la capacidad de crear objetos y escenas potentes con recursos muy sencillos (los juguetes, un mando a distancia), y el tono auto-consciente, capaz de arrancar sonrisas sobre todo entre los seguidores del género, sin llegar a la auto-parodia.

Larga vida a los Warren

'Expediente Warren: El caso Enfield'

Entre susto y susto, a mitad de la película uno se encuentra sonriendo y empatizando con Ed y Lorraine. El cálido y carismático retrato de los eficientes Patrick Wilson y Vera Farmiga lleva el componente sentimental (a veces, también, sentimentaloide) a un puesto destacado del filme. De hecho, una de las mejores escenas del metraje no tiene monstruos, fantasmas ni demonios: es Patrick Wilson tocando con una guitarra 'Can't Help Falling in Love' de Elvis Presley.

En cierta medida, 'Expediente Warren' es el equivalente de terror a la moda de superhéroes que protagonizan sagas y hacen ricos a los actores que los interpretan: buenos personajes que se enfrentan a diferentes amenazas, solo que los superpoderes de Ed y Lorraine son los de comunicarse y enfrentarse a los espíritus. Así que, mientras la próxima secuela esté dirigida por James Wan o alguien con su talento y su cariño, y el guion siga a esta altura, larga vida a la saga de los Warren.

Nota: 7

Lo mejor: Patrick Wilson y Vera Farmiga contra todos los fantasmas que se pongan por delante

Lo peor: Que no busque aportar nada nuevo