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AMOR FILOSÓFICO

'El nombre de la rosa': El fallo de Robert De Niro y otras 7 curiosidades

La obra maestra de Jean-Jacques Annaud cumple treinta años con su mensaje tan vigente como el mismo día de su estreno. El pasional poder de la fe frente a la pausa de la razón.

Por Alejandro Rodera Herrero 19 de Diciembre 2016 | 12:10

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En un año tan fascinante para el cine como fue 1986, que nos ha dejado unos cuantos títulos de culto, un atípico thriller marcó la diferencia. La distintiva mirada de Jean-Jacques Annaud nos permitió adentrarnos en una de las grandes obras de ficción de Umberto Eco, 'El nombre de la rosa', en la gran pantalla.

Christian Slater y Sean Connery en 'El nombre de la rosa'

Como buen cine europeo, esta adaptación fue ninguneada en los Oscar, mientras que los premios BAFTA reconocieron su valía con dos galardones. Entre esos reconocimientos se encontraba el que recibió su protagonista, Sean Connery, que ya había dejado atrás a James Bond, y en ese mismo año estrenó otro legendario título, 'Los inmortales'. Por lo que 1986 también fue un año de inflexión en la carrera del escocés, que optó por el viejo continente antes de regresar con más fuerza que nunca a Hollywood.

También nos encontramos con un jovencísimo Christian Slater, que trató de aprovechar la experiencia en aquella inquietante abadía, en el que fue su primer papel memorable en el cine. Pero más allá de los actores, lo realmente importante es la reflexión propuesta por Eco, que enfrenta el abuso de la religión con el poder de la razón. Para recordar esta estimulante producción hemos recopilado algunas de las anécdotas más interesantes de su creación:

Curiosidades de 'El nombre de la rosa'

Megaconstrucciones

Megaconstrucciones

Cuando uno piensa en Jean-Jacques Annaud no le sitúa en su memoria entre Michael Bay y Roland Emmerich, pero sí que es innegable que tiene unas grandes ambiciones formales, que en 'El nombre de la rosa' le llevaron a ordenar la construcción de uno de los sets de rodaje al aire libre más grandes de la historia. La película fue grabada en la réplica de un monasterio, que se situó en lo alto de una colina romana, dando lugar a una de las recreaciones más monumentales elaboradas para una producción cinematográfica.

El nombre de la rosa en eCartelera

Un poco de cada

Un poco de cada

El personaje interpretado por Ron Perlman, Salvatore, era todo un mosaico cultural, descrito como alguien que hablaba seis lenguas al mismo tiempo. Annaud le dijo a Perlman que quería que hablara en todas las escenas, pero obviamente su forma de comunicarse era muy compleja. Entonces el actor se hizo con copias del libro de Eco en diversos idiomas (italiano, inglés, francés, latín...) y, combinando palabras de los mismos, creo su propia y característica forma de hablar.

El nombre de la rosa en eCartelera

A la primera

A la primera

Tan solo quince primaveras tenía Christian Slater a sus espaldas cuando tuvo que grabar la escena de sexo con Valentina Vargas, que contaba con siete años más que él. Cuando el adolescente fue elegido para interpretar a Adso, estaba previsto que hiciera pruebas con tres actrices diferentes, que encarnarían a esa "salvaje" que desataba las pasiones carnales del pupilo de Guillermo de Barkerville. La primera en hacer la audición fue Vargas, y tan prendado quedó Slater de ella, que envió a su madre para que le dijera al director que no era necesario probar a las otras dos jóvenes. Deseo que fue cumplido por Jean-Jacques Annaud, con buen resultado.

El nombre de la rosa en eCartelera

La última opción

La última opción

Su pasado como 007 no fue un aliciente para Connery, ya que Annaud dudó acerca de la seriedad con la que el público le recibiría como Guillermo de Barkerville. Por lo tanto barajó otras opciones, entre las que se encontraban actores de primer nivel como Paul Newman, Jack Nicholson, Michael Caine, Max Von Sydow y Marlon Brando. Sorprendentemente, ninguno de ellos le terminó de convencer, y el encanto de Connery no tardó en hacer efecto cuando desplegó sus habilidades en la lectura de guion.

El nombre de la rosa en eCartelera

Cena con los muertos

Cena con los muertos

La puesta en escena es uno de los puntos fuertes de la película, desde ese decorado monumental hasta los elaborados interiores. Sin embargo, una de las localizaciones se le resistió más de lo normal a Annaud. El realizador quería que las catacumbas mostradas fueran las de Roma, pero no se hizo una excepción para permitirles rodar. Imprevisto que les llevó a recurrir a las catacumbas privadas del restaurante al que el equipo solía acudir. Eligieron un sitio perfecto para ir a cenar.

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La suerte de Salvatore

La suerte de Salvatore

Perlman fue uno de los actores más interesados en participar en el proyecto desde el primer momento. Cuando se enteró de que Annaud, con quien ya había colaborado previamente, iba a adaptar 'El nombre de la rosa' se puso en contacto con él para mostrarle su interés por el papel de Salvatores, pero el director le comunicó que ese rol ya estaba cubierto. Antes de comenzar el rodaje, falleció aquel intérprete, y Annaud se vio obligado a contratar a otro actor italiano para cumplir con las exigencias propias de la coproducción. Poco después, el segundo Salvatore fue despedido por no colaborar con el director, y finalmente Perlman pudo incorporarse al elenco.

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Así de feos

Así de feos

'El nombre de la rosa' no tuvo un despliegue de bellos actores que animaran la vista del público, sino que fue todo lo contrario. Annaud se marcó el objetivo de seleccionar a intérpretes de obvia fealdad para alcanzar el mayor realismo posible, buscando que se asemejaran a los vecinos de su pueblo natal. La gente de su pueblo escuchó las declaraciones y cuando Annaud regresó, le preguntaron si creía que eran tan feos como se mostraba en la película. Y él no se mordió la lengua a la hora de dar una respuesta afirmativa.

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Fuera de lugar

Fuera de lugar

Uno de los actores que más cerca quedó de arrebatarle la oportunidad a Sean Connery fue Robert De Niro. El neoyorkino echó al traste su audición cuando le dijo a Annaud que quería que Guillermo se enfrentara a Bernardo Gui en un duelo de espadas, lo cual no era demasiado coherente con el espíritu de la película. Finalmente, Connery sería el elegido, rompiendo las relaciones con el estudio estadounidense, que se negó a financiar la película si estaba protagonizada por él, ya que se encontraba en uno de los momentos menos afortunados de su carrera.

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