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CRÍTICA

'Land of Mine. Bajo la arena': La otra cara de la historia

Martin Zandvliet dirige 'Land of Mine. Bajo la arena', premio del público en el 53º Festival de Gijón. Nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Avalada por la National Board of Review.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 10 de Marzo 2017 | 17:06
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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La II Guerra Mundial ha sido y es una de las mayores fuentes de inspiración para el séptimo arte. Más allá del concepto propio del cine de la industria estadounidense, en el panorama europeo se ha llegado a un punto de poder conocer más relatos relacionados con la posguerra que con el conflicto bélico en sí. Desde Dinamarca llega 'Land of Mine. Bajo la arena', premio del público en el 53º Festival de Gijón, ganadora de tres galardones en los Premios de Cine Europeo y nominada a la mejor película de habla no inglesa en la 89ª edición de los Premios Oscar.

Land of Mine

Ha terminado la II Guerra Mundial, en Dinamarca, se calcula que hay unos 2.000 soldados alemanes capturados como prisioneros de guerra. Debido a las atrocidades que realizó el ejército nazi, estos reclutas serán obligados a reparar parte del daño hecho. Durante el conflicto, los alemanes pusieron miles de minas en las playas del país escandinavo. Muchas de ellas siguen en activo, por ello, estos soldados serán obligados a desactivarlas una por una. El sargento Carl Leopold Rasmussen será el encargado de dirigir a un grupo de 14 reclutas en esta misión. Lo que no esperaba Rasmussen fuera que los soldados son chicos adolescentes de entre 15 y 17 años, niños que estuvieron envueltos en una guerra en la que no querían participar.

Los horrores del odio y la venganza

Basada en hechos reales, el realizador danés Martin Zandvliet trae a la luz un momento de la historia poco conocido y que pone en evidencia el hecho de que una guerra sólo hay lugar para el horror. En el caso de 'Land of Mine. Bajo la arena', resulta llamativo cómo el grupo de vencedores, vistos siempre en el cine como el bando de los buenos, muestra su lado más cruel e inhumano con unos chicos adolescentes cuya máxima culpa es haber nacido en un país y ser obligados a defenderlo.

Land of Mine

Zandvliet, que firma también el guion, huye de maniqueísmos para centrarse en el lado humano de personas que se vieron relacionadas con conflicto, siendo en la mayoría jóvenes que no tenían sentimientos de lucha. Es más, la manera de retratar a esa juventud obligada a combatir es tremendamente espeluznante, las miradas de los protagonistas muestran terror por una misión suicida. El público sentirá ese miedo a morir gracias a una atmósfera de suspense, de angustia, de oscuro destino que contrasta con las bellas playas, con un mar calmo y un sol de verano más propio de un amable romance de época que de una película en la que la muerte acecha a cada movimiento.

Profundo relato antibelicista

En ese turbulento camino a la supervivencia está un reparto magnífico, liderado por Roland Møller, que muestra el proceso de cómo el odio puede apaciguarse gracias a la humanidad y el perdón. A su lado un plantel de actores jóvenes que deslumbran, entre los que destacan Louis Hofmann, su mirada de infancia robada hiela a la sangre, y Joel Basman.

Land of Mine

'Land of Mine. Bajo la arena' es, ante todo, un alegato antibelicista que muestra que, en una guerra, quien pierde siempre es la humanidad. También confirma la necesidad del perdón, sobre todo con aquellos inocentes que se vieron involucrados en contra de su voluntad. Junto con la fabulosa 'Frantz' de François Ozon, es el mejor ejemplo de cine comprometido y que apuesta por romper con las barreras, las nacionalidades y demás para apostar por lo más importante, la humanidad. Magnífica.

Nota: 8

Lo mejor: Su mensaje antibelicista y sus actores protagonistas.

Lo peor: Alguna escena reiterativa.