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CRÍTICA

'Good Time': Sísifo alucinado en Nueva York

Robert Pattinson protagoniza un thriller psicotrópico dirigido por los hermanos Safdie, que nos adentra en los bajos fondos de Nueva York.

Por Antonio Miguel Arenas Gamarra 12 de Enero 2018 | 10:22

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Como cada vez empieza a ser más habitual, la nueva película dirigida por Josh y Ben Safdie se ha estrenado directamente en Netflix sin pasar por cines ni campaña de promoción alguna, pese a tratarse de una de las películas más celebradas por la crítica en la última edición del Festival de Cannes. Protagonizada por Robert Pattinson, dando vida a un delincuente de poca monta, y por el propio Ben Safdie, que interpreta a su hermano, discapacitado intelectual del que quiere pagar la fianza tras un atraco que sale mal, 'Good Time' es un viaje psicotrópico que se desarrolla únicamente a lo largo de una noche, cuya adrenalina ha traspasado las barreras del mainstream y llevará a sus responsables a dirigir el remake de 'Límite: 48 horas'.

'Good Time'

¿Pero quiénes son los hermanos Safdie? Asociados inicialmente al mumblecore, esa generación de jóvenes cineastas norteamericanos que a comienzos de siglo se caracterizaron por sus películas marcadas por la improvisación y el bajo presupuesto. Movimiento del que también surgieron los hermanos Duplass ('Cyrus'), Joe Swanberg ('Drinking Buddies') y la mismísima Greta Gerwig (que tiene 'Lady Bird' pendiente de estreno), del que los Safdie siempre fueron un verso libre. Muy pronto se distanciaron de sus constantes hasta consolidar un estilo propio que les ha llevado a mostrar con suma crudeza los bajos fondos de Nueva York, que en esta ocasión retratan desde las convenciones del cine de género y un estilo visual aún más sofisticado.

La dirección de fotografía de Sean Price Williams sabe explotar las posibilidades del celuloide, consigue que el uso del color y las luces de neón jueguen a favor de la historia, especialmente en el fragmento del parque de atracciones. Irónicamente, no se recuerda un thriller nocturno con tanta potencia visual desde 'Collateral', rodada en digital, al que la omnipresente música de Oneohtrix Point Never confiere una atmósfera pesadillesca. La puesta en escena, como es habitual en su cine, comparte una mirada documental, pero en esta ocasión mueve la cámara con mayor nervio, esgrime a sus personajes con cerradísimos primeros planos y les atrapa con un montaje que no cesa, pero que cuenta con decisiones genuinas como postergar la aparición de los títulos de crédito, su manera de utilizar el plano cenital y los recursos de la televisión con fines narrativos, así como la decisión de introducir un delirante flashback de un personaje secundario en mitad de la trama. Hallazgos que confirman su crecimiento tras las cámaras y que denotan una habilidad plástica y narrativa fuera de toda norma.

Good Time

Para Robert Pattinson ya no hay vuelta atrás

¿Y cómo empezó todo? Robert Pattinson se puso en contacto con los Safdie para hacer un proyecto juntos. Ellos le tomaron la palabra, escribieron un guion a su medida y el resultado ha sido quizás la película con la que definitivamente se le dejará de asociar con el vampiro de 'Crepúsculo'. Porque habrá quien se siga sorprendiendo al encontrarle en un filme de estas características, pero no deja de tratarse de un papel consecuente con el rumbo tan estimulante que ha tomado su carrera. 'Cosmópolis', 'Z. La ciudad perdida' o 'The Childhood of a Leader' son buenas muestras de su riesgo y compromiso con el cine de autor, aunque hasta la fecha no se había encontrado con un personaje tan convulso y al mismo tiempo encantador, la clave que hace de este delincuente, como de tantos otros protagonistas del cine de los Safdie, un Sísifo que no se cuestiona el absurdo de su existencia.

A partir del mito de Sisifo, originario de la mitología griega, Albert Camus planteó una metáfora del esfuerzo inútil e incesante del ser humano, originando la filosofía del absurdo. Condenado a cargar una roca durante la eternidad, Sísifo no cesa en su empeño por volver una y otra vez a subirla a lo alto de una montaña, como tampoco se rinden ante su ilógica existencia desde la ladrona compulsiva de 'The Pleasure of Being Robbed', pasando por el padre irresponsable de 'Go Get Some, Rosemary' y la yonki de 'Heaven Knows What', al Connie Nikas de Robert Pattinson en 'Good Time'. Personajes atrapados por sus circunstancias, pero que encuentran cierto placer o redención en ellas, como Sísifo terminaba encontrando la felicidad en su condena. O al menos la cámara consigue capturar esa sensación ajena a la realidad tan difícilmente plasmable en imágenes.

'Good Time'

Lo que convierte en característico al personaje de Connie Nikas, y por ende a su travesía nocturna, es que no solo no se rinde ante las adversidades, sino que en lugar de buscar una respuesta lógica o asumir las consecuencias, responde a través de su capacidad para fabular, imaginando una nueva existencia posible en cada diálogo, un nuevo futuro detrás de cada escena. En ese sentido, la paradoja que plantea 'Good Time' mediante la relación entre los dos hermanos, que da sentido a la propuesta y que se establece en sus instantes finales por medio de dos primeros planos conectados por el montaje, es que aquella persona supuestamente libre está atrapada por sus actos, en una espiral delictiva de la que nunca encontrará salida por muy nobles que sean sus intenciones. Mientras que su hermano, atrapado por una discapacidad nunca tratada, es finalmente el único que se asoma a algo parecido a la libertad, una vez que es capaz de aceptar sus limitaciones, de dar un paso y cruzar al otro lado de la sociedad.

Que un thriller adrenalítico no olvide esta dimensión social, en cuyo trasfondo también se atreve a apuntar a la discriminación racial, es el mayor triunfo de la película y la constatación de que además de unos cineastas talentosos, que reflejan con sobrado verismo los submundos en los que se adentran, con los Safdie nos encontramos ante unos humanistas de la desesperación.

Nota: 8

Lo mejor: Que la película caiga en las constantes del thriller no le resta humanismo ni impide que cobre presencia una visión comprometida sobre la discriminación racial y el sentido de comunidad.

Lo peor: Evidentemente, que no hayamos podido verla en cines.