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CRÍTICA

'La enfermedad del domingo': Susi Sánchez y Bárbara Lennie son dos bestias contenidas en una paradoja temporal

Ramón Salazar ('Piedras', '10.000 noches en ninguna parte') firma un drama en el que dos actrices en estado de gracia callan más de lo que se dicen.

Por Javier Pérez Martín 23 de Febrero 2018 | 11:26

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Anabel y Chiara son dos mujeres en medio de la nada. La más joven, Chiara (Bárbara Lennie), ha invitado a la mayor a su casa en medio de un bosque francés. Anabel (Susi Sánchez) la abandonó cuando tenía ocho años, pero tres décadas después la hija ha encontrado a la madre perdida y quiere hacerle una petición muy especial.

'La enfermedad del domingo'

En este momento, Anabel le está enseñando unas viejas fotografías, proyectadas en una sábana blanca en medio de la noche. Son imágenes de cuando Anabel era joven, y Chiara aún no había nacido. Sin embargo, se las ve a las dos, paseando juntas. "¿Pero cómo has hecho esto?", pregunta Anabel maravillada. Chiara ha hecho los montajes con facilidad, en una especie de proyecto artístico personal. "Son como una paradoja temporal", musita entre dientes fascinada la madre.

Es una de las escenas más interesantes de 'La enfermedad del domingo', la nueva película de Ramón Salazar. El director que estrenó su opera prima, 'Piedras', en el Festival de Berlín de 2002, ha vuelto a la capital alemana para presentar su cuarto largometraje, uno de esos que llaman "dramas secos", porque se llora poco pero se sufre mucho. En esta escena que comentamos, Salazar expone de forma magistral y sutil uno de los temas que quiere tratar: ¿qué pasa con una persona cuando su madre la abandona en la niñez?

'La enfermedad del domingo'

Chiara lleva desde los ocho años paralizada en el momento y el lugar en el que vio a su madre desaparecer sin mirar atrás. Desde entonces, no ha sido capaz de vivir una vida plena, atrapada en el tiempo y sin poder desprenderse de la sensación de que no merece ser feliz. Los diez días que pretende pasar con Anabel son una especie de trampa para ambas, en la que no podrán encontrar la felicidad, el tiempo perdido ni una redención posible.

Por su parte, Anabel se entrega a este "castigo" con los ojos cerrados, sin saber qué pretende exactamente una mujer desconocida que parece guardarle un rencor estancado y venenoso. Sea lo que sea lo que este destino le tiene preparado, ya es suyo, ya es para ella, como si fuera consciente de que vive su propia tragedia griega.

'La enfermedad del domingo'

'La enfermedad del domingo' ha tenido una entusiasta acogida en la Berlinale, y no es para menos: Ramón Salazar vuelve a construir una película que además de dura y tensa, y mucho (habrá un momento en el que te preguntes cuánto tiempo llevas sin respirar), es compleja, tiene capas. Y para esta propuesta tan "bergmaniana" tuvo que contar con dos de las mejores actrices de este país, dos bestias versátiles y poderosas que en esta ocasión tienen el reto de decir callando y expresar con poco. Y lo hacen, claro, hasta que lo notas en el estómago.

Forma y estilo al servicio de dos mujeres

'La enfermedad del domingo'

Con Susi Sánchez, Salazar construyó la historia y el personaje (el director y la actriz se enamoraron después de crear aquel monstruo que era la madre de '10.000 noches en ninguna parte'), y Lennie llegó la última pero arrasando: aunque 'La enfermedad del domingo' es la suma de dos personajes y su complicada relación, lo cierto es que la olla exprés que son Chiara y la interpretación de la madrileña son la guinda del pastel.

Chiara se pasa los diez días luchando entre el despecho y la curiosidad, entre la necesidad de amor y de venganza, y gracias a Bárbara Lennie vemos cuánto sufre una mujer que sabe que ya, 35 años después, no podrá encontrar lo que la niña no tuvo. Por su parte, Susi Sánchez nos pone ante la cara a una "mala madre", una de las cosas más castigadas por esta sociedad, y construye a partir de ahí un personaje que quizá pueda encontrar la redención, aunque en la mente de Salazar solo sea posible de forma retorcida.

Un intenso drama envuelto en una estilizada puesta en escena, pero que juega en todo momento a favor de la historia de estas dos mujeres. La cinta empieza con algunos planos hipnóticos, simétricos y que juegan con la arquitectura y la naturaleza por igual, para luego centrarse en las dos protagonistas y abrazar un tono algo menos pomposo. Los espacios opulentos y vastos, llenos de eco y luz, en los que se mueve Anabel en su nueva vida, dan paso a una cabaña en el bosque, oscura y claustrofóbica, junto a un pueblo viejo y pobre. Dos opuestos que hablan de lo que Anabel abandonó y lo que buscaba, un éxito que como ella misma dice, nunca llegó a ser suficiente.

'La enfermedad del domingo'

Total, que seco o no, este drama es una de las películas españolas del año. Lo sería solo por el trabajo que hacen dos actrices que se dejan la piel para contarnos la historia que no vemos ni oímos. Pero además lo es porque Salazar vuelve a demostrar ser uno de nuestros creadores más interesantes y únicos, y solo nos queda desear que no tarde cinco años en estrenar su próximo proyecto.

Nota: 8

Lo mejor: Bárbara Lennie nos recuerda que es la mejor actriz de su generación

Lo peor: Que resulte demasiado áspera para algunos paladares