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CRÍTICA

'Sense8' se despide con un final descafeinado

Lana Wachowski dirige este episodio especial de dos horas que cierra la trama principal de la serie de Netflix. El cluster se despide sin esa sensación global ni la emotividad de los puntos más altos de la serie.

Jesús Agudo
Por Jesús Agudo Más 30 de Mayo 2018 | 09:50
El redactor más veterano de esta web. Palomitero y fan de que las series estrenen un capítulo por semana.

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Con la cancelación de 'Sense8' se rompió la burbuja de que Netflix era ese lugar mágico en el que series como la de las hermanas Wachowski eran posibles y nada malo podía pasar. Pero Netflix es una empresa, y el dinero sigue mandando. Una serie que tiene que grabarse en ciudades repartidas por el mundo, y que tienen que mover a todo su grupo de actores a cualquiera de esas localizaciones, solo es económicamente justificable si fuera el buque insignia de la plataforma. Por desgracia, la ficción ya empezó dividiendo a la audiencia, y tras la segunda temporada estaba claro que no salía rentable. Pero eso no quiere decir que en Netflix sean sordos y no sepan que, aunque no son suficientes, los fans de los sensates son muchos, y muy ruidosos. Así que aprobaron un capítulo final de algo más de dos horas para que al menos la historia del cluster quedara cerrada.

Sense8

Y esa era una labor titánica porque, como suele ocurrir con los proyectos de Lana y Lily Wachowski, suelen llegar a un nivel de complejidad que es difícil seguirles el ritmo. Este episodio extra largo empieza donde acabó la segunda temporada. Los malos tienen a Wolfgang (Max Riemelt) y los buenos a Whispers (Terrence Mann). Ambos siguen vivos porque son la moneda de cambio más valiosa que tiene cada uno. El experimento de los drones sin Whispers no llega a ninguna parte, y los protagonistas no piensan dejar que uno de ellos caiga por el camino. Ahora que por fin están todos en un mismo lugar, París, es hora de trazar el plan para salvar a Wolfgang y terminar con los planes de Whispers y BPO.

Este capítulo final es curioso precisamente porque todo el cluster (salvo Wolfgang) están juntos en un mismo sitio, por fin trabajando mano a mano y no a través de sus habilidades. Eso permite que, por fin, los sapiens que forman parte del grupo (Amanita, Hernando, Daniela, etcétera) pueden poner cara e interactuar con los otros miembros del cluster, dando encuentros y momentos muy esperados por los fans. Pero es una de las razones por las que este episodio carece en gran medida del poder que tenía la serie y que la ha hecho única. Al ser todo en el mismo sitio ya no existe esa sensación global, ese impresionante collage de postales que nos llevaba a escenarios tan distintos entre sí. París o Nápoles brillan, por supuesto, pero el viaje que hacíamos en cada capítulo era indescriptible, y la conexión de los sensates hacía que diera igual que estuvieran separados miles de kilómetros, los sentías cercanos. Aquí están cerca, pero se pierde esa escala mundial, y ciertamente se hecha de menos.

Sense8

A pesar de ello, seguiremos teniendo esas escenas maravillosas en las que, con una coreografía perfecta, todo el cluster se pone al servicio de uno de sus miembros para dar caña o salir de una situación complicada usando sus capacidades personales. Sin embargo, esta vez, más que nunca, vemos una gran descompensación de protagonismo. Mientras que Wolfgang, Will, Nomi, Kala o Sun siguen llevando adelante la trama, Capheus, Riley o Lito no tienen apenas peso en este último capítulo. Algo comprensible teniendo solo dos horas para cerrar todo, pero sin duda esta descompensación deja con un ligero mal sabor de boca. Pero es algo lógico que el policía, la hacker, la que sabe dar patadas voladoras y los dos que tienen un curioso triángulo amoroso que solucionar lleven la voz cantante en este gran final en el que las cosas se van a poner muy crudas. Por desgracia, parece que Lana Wachowski tenía esta trama pensada para desarrollarla con más calma, porque avanza a pasos súper precipitados, hasta el punto de que si ya resultaba seguir el ritmo de algunas partes de la serie, en dos horas se nos bombardea con tantas conspiraciones dentro de conspiraciones que más nos vale tener un poco fresco el lore de 'Sense8', porque es fácil perder comba con todo lo que nos quieren contar.

Este ritmo sin pausa no deja respirar a algunas líneas argumentales que podrían haber dado más de sí o que deberían haber sido más intensas o espectaculares. La sensación general que deja el capítulo es de un episodio menor, muy lejos de la emotividad de la primera temporada o de la escala que alcanzaron en algunas partes de la segunda. Se siente un poco más especial, por ejemplo, por las apariciones de algunos personajes que hacía tiempo que no veíamos, pero es bastante probable que no sea un cierre completamente satisfactorio para los fans, porque saben que esta serie puede dar mucho más. A pesar de todo, Lana Wachowski sabe terminar en alto 'Sense8' con unos momentos finales que, por fin, sí consiguen poner la piel de gallina y recordarnos lo agradecidos que deberíamos estar por la mera existencia de esta serie.

Sense8

Conexión irrompible

Es en esos últimos momentos en los que volvemos a ver por qué tanta gente puso el grito en el cielo cuando se canceló 'Sense8'. Conseguir un reparto así es algo que ocurre muy pocas veces. Unos personajes tan distintos pero que conectan tan bien entre sí, y con los que es tan fácil conectar. 'Sense8' va de conexión, y es precisamente eso lo que ha conseguido este cluster con el público. Es precisamente lo que hará que los momentos finales de esta despedida sean la verdadera guinda de un pastel que ha sabido a poco, pero que nos ha dado grandísimos momentos. Es bastante probable que 'Sense8' se haya adelantado a su tiempo. Una serie que ha mostrado sin ningún tipo de miramientos parejas de todo tipo, de dos o más personas, del mismo o distinto sexo, que ha luchado por dar visibilidad a culturas tan diferentes y las ha unido simplemente con el amor. El mundo podría aprender tantísimo de los sensates que ya solo por eso ha merecido la pena que Netflix haya confiado en ella, aunque solo haya sido por dos temporadas y un bonus track. Cierto es que hasta el final ha seguido teniendo momentos realmente absurdos, incluso de rozar la vergüenza, o que su trama no ha dejado de ser confusa o irregular. Pero a pesar de todo, los que llegamos a conectar con estos ocho individuos no vamos a olvidar este increíble viaje. Cuando se desplieguen los créditos finales (que no deberíais perderos, porque contienen un precioso homenaje a la familia 'Sense8'), no podremos evitar echar la vista atrás y darnos cuenta de todo lo que hemos vivido en esta breve aventura multiplicada por ocho. Hay que estar muy agradecidos por ella y por habernos abierto la mente y el corazón hacia el respeto a la diversidad y el entendimiento de que todos somos iguales: seres creados para amar. Seres increíbles y llenos de posibilidades. Posibilidades que aumentan cuando llegamos a conectar con las personas más inesperadas.

Nota: 5

Lo mejor: Los momentos finales del episodio. Que los ocho protagonistas (y parejas) mantengan el carisma hasta el final.

Lo peor: La trama es muy precipitada y "poco global". Queda sensación de capítulo menor.

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