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PRECRÍTICA

'Brothers', una de cal y otra de arena

El remake a cargo de Jim Sheridan se antoja tremendamente voluble, alternando pasajes de una intensidad dramática excelente con escenas excesivamente almidonadas.

Por Óscar Martínez 17 de Marzo 2010 | 20:32

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Ciertamente, la filmografía de Susanne Bier está plagada de tríos amorosos: claros ejemplos de ello son 'Te quiero para siempre', 'Hermanos' -film que remakea Jim Sheridan y en el que se centra esta crítica-, en cierto modo, 'Problemas de familia', y la primera incursión de la cineasta danesa en el juego de Hollywood, 'Cosas que perdimos en el fuego'.

'Brothers', una de cal y otra de arena

Todo hay que decirlo, 'Brothers' trasciende el mero melodrama familiar y lo relega casi a un mero contexto, a una excusa sobre la que cimentar su verdadero mensaje, distanciándose hasta adquirir finalmente una categoría crítica mucho más compleja e incómoda, que no es otra que las devastadoras consecuencias de la guerra.

Cabe reconocerle a Sheridan la habilidad de transmutar el pseudo-dogma original del film de la cineasta danesa en un entorno mucho más próximo al de la puesta en escena teatral con no pocos ecos de Miller, si bien 'Brothers' recae en algunos -bastantes- pasajes -mención aparte merecen las maniqueas escenas en tierras afganas- en un mimetismo en exceso artificial. De este modo, 'Brothers' resulta cualitativamente irregular, entremezclando pasajes de una intensidad dramática excelente sin atrezzo musical alguno -como la cena familiar que sirve de apertura al film-, con secuencias en clave video-clip popero al son de U2 y similares.

'Brothers', una de cal y otra de arena

Dicha irregularidad, por desgracia, también se extiende a las propias interpretaciones, ofreciéndonos 'Brothers' una de cal y otra de arena, en la que Jake Gyllenhaal nos brinda una interpretación repleta de claroscuros, dignos de aplauso en ciertos diálogos con su padre, más bien olvidables en su relación affairtiva con Natalie Portman. Por el contrario, sorprende la interpretación del habitualmente hierático Tobey Maguire, quien monopoliza toda la intensidad dramática de la segunda mitad del film, en un in crescendo que da un vuelco a los presumibles derroteros de la primera mitad y convierte finalmente a 'Brothers' en un film interesante, si bien uno no deja de albergar esa perenne sensación de que el filtro hollywoodiense ha hecho mella en los cimientos del remake de Sheridan.