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MUERTOS DE MIEDO

Así eran las reacciones de los espectadores que fueron a ver 'El Exorcista' en 1973

La cinta de terror de William Friedkin supuso un auténtico impacto cultural en Estados Unidos, donde la gente llegaba a esperar entre tres y cinco horas para verla en el cine.

Por Piedad Milicua González 26 de Mayo 2015 | 11:39

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Después de ver '[REC]' o la saga 'Saw' puede que 'El Exorcista' no te cause tanto terror como las dos anteriores, pero en el momento de su estreno, la cinta de William Friedkin causó un auténtico impacto cultural en Estados Unidos.

El exorcista

Y aunque ya han pasado mucho años desde que se su estreno, la película continúa siendo todo un referente en el cine de terror y cada nuevo aspecto que se conoce de ella se convierte en seguida en noticia. Como los breves documentales que un usuario de YouTube ha subido a su canal, donde se puede como reaccionaban los espectadores antes las terribles imágenes de Regan poseída por el demonio.

Lloros, ganas de vomitar, desmayos... y sobre todo, gente que se salía de la sala a la mitad de la película a pesar de que llegaban a pasarse entre tres y cinco horas en largas colas delante de la taquilla de los cines. No obstante, la gran mayoría de los espectadores, entre ellos un cura, coincidían en los mismo, "es una película fantástica". Como curiosidad, en el documental completo alrededor del minuto dos se puede ver al director, Friedkin, y al guionista y escritor del libro original, William Peter Blatty, repartiendo cafés entre los asistentes para aguantar la interminable espera.

Doble pesadilla

Pero 'El Exorcista' no sólo supuso una auténtica pesadilla para todos aquellos que se aventuraron a ir a verla al cine en los 70, también lo fue para el equipo que la rodó. Durante el rodaje la película se velaba sin motivo aparente, hubo numerosos accidentes y un set se llegó a quemar provocando el retraso de la filmación. Además varios familiares de los participantes murieron después del rodaje, al igual que el actor Jack MacGowran, que falleció junto a su personaje de la cinta. Ante el miedo y las supersticiones, el propio Friedkin mandó a un sacerdote que bendijeses el rodaje. Todo un caso de película maldita.