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PRECRÍTICA

'Che. Guerrilla', grande (de nuevo) Del Toro

Benicio Del Toro vuelve a bordar su papel del revolucionario argentino en una segunda entrega que sigue las mismas premisas que su antecesora.

Por Óscar Martínez 26 de Febrero 2009 | 07:18

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Dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por Benicio del Toro, Franka Potente, Benjamin Bratt, Jordi Mollà, Óscar Isaac, Yul Vazquez, Catalina Sandino Moreno, Edgar Ramirez, Demián Bichir y Elvira Mínguez, 'Che: guerrilla' es la segunda parte de la biopic del famoso guerrillero y revolucionario Ernesto 'Che' Guevara, basado tanto en su propio diario como en los libros de Jon Lee Anderson, periodista estadounidense especializado en la vida del revolucionario argentino.

El Che se encuentra en lo más alto de su popularidad y poder. Más que un soldado, el Che es una glamurosa figura de nivel mundial. De repente desaparece sin dejar rastro. ¿Por qué se ha ido de Cuba? ¿Adónde ha ido? ¿Acaso sigue con vida? El Che reaparece de incógnito en Bolivia, irreconocible y realizando operaciones encubiertas. Organiza a un pequeño grupo de camaradas cubanos y reclutas bolivianos para comenzar la Gran Revolución Latinoamericana.

Grande (de nuevo) Del Toro

Poca cosa más se puede añadir de esta -según la distribuidora, que no el director- segunda entrega de la biografía del Che a cargo de Steven Soderbergh que no se hubiera dicho ya en la primera entrega. Como cabía esperar, 'Che: guerrilla' sigue exactamente las mismas premisas de sobriedad y distanciamiento que 'Che, el argentino', con un Benicio Del Toro nuevamente notable, cuya interpretación le ha valido el Goya al Mejor Actor.

En esta ocasión, por contra, Steven Soderbergh deja a un lado los flashbacks y las imágenes de archivo para centrarse completamente en el seguimiento cámara en mano de su protagonista, abogando por una filmación testimonial que nos adentra con eficacia y verosimilitud en una acción que, del mismo modo que en la primera entrega nos ofrecía las contrastadas personalidades entre Fidel castro y Che Guevara, en esta ocasión es testigo de los diferentes derroteros de ambas carreras, dejando el juicio al propio espectador.

Por desgracia, cualquiera que no sea plenamente consciente de su original concepción de film único e indivisible, bien puede llegar a ver en 'Che: guerrilla' cierta reiteración tanto de pasajes como de ideas, pues esta segunda mitad de la película de Steven Soderbegh acusa cierta orfandad con respecto a su antecesora que, como cabía esperar, funcionaba perfectamente sin su prolongación natural. Además, la linealidad de su montaje -en contraposición con el de la primera parte- bien puede hacer que esta segunda entrega se nos antoje algo más incómoda de ver, carente de sobresaltos o de artificios, a excepción de una última media hora final -por todos conocida- en la que Benicio Del Toro devora la pantalla.

Así que, en lineas generales, 'Che: guerrilla' nos deja el mismo buen sabor de boca que 'Che, el argentino', resultando próxima, sobria, introspectiva e imparcial, mostrándonos la humanidad de un mito. Soderbergh ha logrado -aunque no le será nunca reconocido- lo más complicado, retratar a un hombre común que vivió con contagiosa pasión sus ideales hasta el fin.