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D'A 2014 - DÍA 1

El cine francés acapara la jornada inaugural del Festival de Cine de Autor de Barcelona

Las directoras Justine Malle y Valeria Bruni Tedeschi presentan sendos dramas sobre la familia, la enfermedad y las encrucijadas vitales.

Por Jorge R. Tadeo 26 de Abril 2014 | 17:30

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La primera jornada del D'A 2014 estuvo marcada por el cine francés y la autoría femenina. El festival tuvo su inauguración oficial de la mano de 'Un castillo en Italia', una interesante tragicomedia de producción francesa que supone el tercer film detrás de las cámaras de la franco-italiana Valeria Bruni Tedeschi, tras su aplaudido debut en 2003 con 'Es más fácil para un camello'. El film presentado en el pasado Festival de Cannes -donde obtuvo una acogida desigual- es una interesante reflexión sobre los lazos familiares y el paso del tiempo, narrada con un tono arriesgado que oscila entre la intensidad dramática de un Arnaud Desplechin y las comedias más desenfadadas de Nanni Moretti.

La película sigue los pasos de Louise, una actriz retirada de origen italiano y afincada en París que ha llegado a los cuarenta sin lograr cumplir sus anhelos de ser madre, con el consecuente desorden emocional ante su incapacidad para encontrar al hombre de su vida. Cuando conoce al joven Nathan, hijo de un director con el que ella rodó tiempo atrás, su esperanza reaparece. Mientras tanto, conocemos también el drama que vive su familia italiana, con su hermano enfermo de sida y su madre intentando poner a la venta el patrimonio familiar para saldar deudas fiscales.

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Propuestas interesantes, resultados desiguales

La película es irregular, pero casi siempre interesante. La directora interpreta el papel de la protagonista con una implicación tal que hace entrever una cercanía emocional entre artista y personaje, con un talento innegable para pasar en un instante del retrato dramático al humor bufo. El relato familiar (en el que tiene cabida la madre de la directora, una excelente Marisa Borini) logra emocionar y funciona mejor que la historia de amor con Louis Garrel. Sin embargo, nos da la sensación de que la película quiere abarcar un espectro excesivamente amplio que deja personajes y subtramas a medias. En todo caso una apuesta arriesgada, sincera y a ratos incluso emocionante.

También de familias disfuncionales y de la dificultad de asumir el paso del tiempo -en este caso por parte de una veinteañera que vive su primer amor mientras su padre sufre una dolorosa enfermedad mortal- versaba la primera película a competición vista en el certamen. Se trata de 'Jeunesse', el debut en el largometraje de Justine Malle, hija del aclamado cineasta Louis Malle, que cuenta con tintes autobiográficos este drama adolescente que en sus mejores momentos recuerda al cine dolorosoamente nostálgico y evocador de Mia Hansen-Løve. Por desgracia, cae en algunos lugares comunes melodramáticos y le falta pulso narrativo para convertirse en algo realmente memorable, aunque el resultado es más que correcto gracias en buena parte a su protagonista Esther Garrell.