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CRÍTICA

'¡Al abordaje!': Un verano en la ribera

Crítica de '¡Al abordaje!', dirigida por Guillaume Brac, escrita por Brac y Catherine Paillé. Protagonizada por Éric Nantchouang, Salif Cissé, Édouard Sulpice y Asma Messaoudene. Sección Panorama en Berlinale 2020.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 23 de Julio 2021 | 10:29
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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De tanto en tanto surgen proyectos cuyo origen logra ser tan interesante como el resultado final. El cineasta Guillaume Brac recibió el encargo de la directora del Conservatorio Nacional de Arte Dramático de Francia para escribir una película para una promoción de jóvenes actores. Fruto de entrevistarse con más de 30 miembros de la promoción, surgieron los protagonistas y, luego, el guion, siendo así sus orígenes singulares. Fruto de esta labor, llega ahora a los cines '¡Al abordaje!', tras su paso por la sección Panorama de la 70ª edición del Festival de Berlín y en la sección Albar de la 58ª edición del Festival de Gijón.

Lo curioso de '¡Al abordaje!' -cuyo estreno español se produce apenas dos días después de su estreno en su Francia natal- es que parece una respuesta en ficción al anterior largometraje del cineasta, el documental 'La isla del tesoro', en el que Brac hizo una cuidada exposición a aquellos veraneantes que pasaban sus días de estío en un centro recreativos a las afueras de París, debido a la imposibilidad económica de poder marcharse de la capital. Retrato sociológico que encandiló a la crítica, parece que el realizador ha optado por ahondar esta premisa, aunque con una perspectiva diferente.

Al abordaje

Enfoque distinto porque lo protagonizan Félix y Chérif, dos jóvenes parisinos negros, uno enfermero a domicilio y otro reponedor en un supermercado, que deciden irse a pasar una semana de vacaciones a la Provenza después de que Félix conociese a Alma (Asma Messaoudene), una joven burguesa con la que pasa una tarde y una noche inolvidable, y decida darle una sorpresa e ir a visitarle al pueblo donde pasa los días de asueto.

Ya la premisa; la promesa de un amor de verano, lleva a que los dos protagonistas, a los cuales se le suma Édouard (Édouard Sulpice), el conductor de BlaBlaCar de clase privilegiada que les lleva a la zona de veraneo, es llamativa. Brac saca a los personajes de su zona de confort y los lleva a una situación inusual y, a la vez, cotidiana. En ese marco, el cineasta crea otro retrato sociológico en varios sentidos. Por un lado, es el marco de una generación de jóvenes, con sus maneras diferentes de comprender tanto el amor como otros aspectos de la vida, condicionados por la clase social, el origen, la etnia y la educación.

Un delicioso drama de lo cotidiano durante unas vacaciones de verano

Por otro, sutilmente Brac aprovecha para plasmar en esa juventud francesa actual para, de manera perspicaz, resaltar las diferencias raciales y cómo estas están presentes en pequeños detalles. Por otro lado, también representan el cómo la temporada de vacaciones hace que interactúen personas que, de otra manera, no hubieran intercambiado palabra. Así surgen amistades, amores, desamores, se derrumban prejuicios, se forman vínculos.

Al abordaje

Y Brac lo narra de forma tremendamente costumbrista, evocando al cine de Éric Rohmer, narrando la vida pasar, con sus pequeños acontecimientos del día a día. En este relato, brilla un guion espontáneo y natural, en el que también destacan sus interpretaciones, todas de actores de la nueva generación de profesionales formados en el Conservatorio Nacional. Destaca muy especialmente Salif Cissé, todo un descubrimiento por su contención.

Brac continúa ofreciendo relatos tremendamente profundos y humanos. '¡Al abordaje!' continúa esa continua línea de títulos que convierten al cineasta uno de los nombres más interesantes del cine francés actual, como ya lo fueron la mencionada 'La isla del tesoro', 'Contes de juillet' o 'Tonerre'. Una deliciosa historia que, con su ligereza, cautiva y se convierte en uno de los títulos de autor ideales de esta temporada.

Nota: 8

Lo mejor: Las escenas de conversaciones del día a día, las secuencias del baile del final.

Lo peor: El personaje de Éric Nantchouang no ayuda a conectar inicialmente con el filme.

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