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CRÍTICA

'Ámame': El errante corazón de un alma atormentada

Crítica de 'Ámame', dirigida y escrita por Leonardo Brzezicki. Protagonizada por Leonardo Sbaraglia. Premio al mejor actor en la 25ª edición del Festival de Málaga.

Miguel Ángel Pizarro
Por Miguel Ángel Pizarro Más 1 de Abril 2022 | 08:58
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Tras explorar la esfera nocturna a través de seis amigos que afrontan el suicidio de uno de los miembros de su grupo en 'Noche', el argentino Leonardo Brzezicki continúa explorando lo que sucede tras caer el sol en 'Ámame', largometraje que llega a salas comerciales tras su exitoso paso por la 25ª edición del Festival de Málaga, donde se alzó con el premio a la mejor interpretación masculina para Leonardo Sbaraglia, tocayo del director, el cual se entrega en cuerpo y alma a uno de los trabajos más extremos y físicos de su filmografía.

Ámame

Nada más comenzar el filme, se muestra una secuencia en la que Santiago, el protagonista, lleva hasta a un taxi a un cliente habitual de su restaurante, uno de los más reconocidos de la zona. Con algún comentario sutil, así como las miradas que muestra Sbaraglia, la escena transmite una terrible sensación de soledad que va agrandándose con lo que sucede después con Santiago, el cual acude a una orgía que ha organizado un viejo conocido, interpretado por Iván González.

Comienza así el viaje hacia el abismo del protagonista, un varón homosexual en su cincuentena, que vive una profunda crisis personal después de ser abandonado por su pareja, así como también con la graduación de su hija adolescente de 18 años, la cual quiere ser bailarina y labrarse una carrera, lo que significa separarse también de ella. Brzezicki, quien firma también el guion, muestra la huida constante de un hombre atrapado en su deseo de sentirse amado. El cineasta deja intuir los motivos de ese desolador sentimiento de desamparo constante, de búsqueda de deseos imposibles, que forman un círculo vicioso al que Santiago se abraza completamente, a sabiendas de que le hace daño.

Ámame

Más allá de otorgar al público un frontal puro y duro al más puro estilo Michael Fassbender en 'Shame', cuando se define que Sbaraglia se entrega en cuerpo y alma a su papel, es literal. El veterano intérprete nunca había transmitido tal sensación de desesperación e inmadurez, refugiados en amores fugaces, sexo desenfrenado, alcohol y drogas. Brzezicki deja caer el motivo de esa espiral de autodestrucción se esconde algo mucho más profundo que una ruptura sentimental, la incapacidad de amar del personaje principal, aunque, en ese punto, deja al público la libre interpretación, percibiéndose un pasado familiar turbulento, marcado por la falta de afecto, lo que muestra cómo las heridas de antaño, que han sido bien cicatrizadas, terminan regresando cuales fantasmas de formas diversas.

Una de las interpretaciones más extremas de Sbaraglia

Aunque se diga lo contrario (que da igual), es curioso que Brzezicki haya apostado por un protagonista homosexual, que le da un trasfondo diferente de si hubiera sido heterosexual. Al percibirse un pasado marcado también por el rechazo. No obstante, a pesar de ser una espiral de autodestrucción, se agradece que el realizador haya apostado por un protagonista gay cuya trama dramática central no está relacionada con su sexualidad.

Ámame

Cierto es que todo el peso del largometraje está sobre los hombros de Sbaraglia, pero el intérprete está muy bien acompañado por Mariana de la Serna, la sufrida hija que termina siendo mucho más madura que sus padres; también tiene una breve aparición Eva Llorach, cuyo personaje recuerda vagamente al de Sophie Quinton en la miniserie 'Fiertés'. Brzezicki juega con situaciones en las que hay un background que no se revela, lo que ayuda a ver las situaciones familiares desestructuradas sin condicionantes, permitiendo a los espectadores ponerlos, tal y como sucede con su protagonista y su eterna búsqueda del amor, cual corazón errante, como el título original del filme en su Argentina natal.

'Ámame' es un trabajo que se eleva gracias a la completa entrega de Leonardo Sbaraglia. Brzezicki se muestra cómo la respuesta física al cine lírico de Marco Berger, cambiando las miradas sigilosas y homoeróticas por el deseo frontal, con el que transmite una terrible sensación de pesadumbre a la que, finalmente, plantea una cuestión incómoda: ¿y ahora qué? Cuestión a la que el director no da respuesta pero sí ofrece un atisbo de esperanza, recordando que en esa búsqueda del amor, se debe comenzar por queriéndose a uno mismo. Brzezicki aspira a ser pupilo del cine de Ira Sachs, Alain Guiraudie o Andrew Haigh.

Nota: 8

Lo mejor: La sublime interpretación de Leonardo Sbaraglia. Si los Oscar fueran tan diversos e internacionales como presumen, el argentino sería un contendiente a tener en cuenta para el próximo año.

Lo peor: Brzezicki se pasa desenfreno en su parte final, en la que no hubiera estado mal ser más explícito en lo referente a la autoestima.

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Ámame 8,0 Ámame