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CRÍTICA

'Aprendiendo a vivir': Construyendo tus cimientos

'Aprendiendo a vivir' sigue a un joven enfrentado con sus deseos y los de su padre, siendo un retrato de una juventud rabiosa y complicada.

Por Ana Bravo Díaz 5 de Octubre 2018 | 09:32

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Llega a nuestras salas la película preseleccionada por Israel para los próximos premios Oscar, la personal 'Aprendiendo a vivir', una cinta que sigue a un joven enfrentado con sus deseos y los de su padre. Un retrato de una juventud rabiosa y complicada, y la lucha con su propia sensibilidad y forma de ver el mundo, frente a una tóxica forma de masculinidad y una viciada relación paternofilial.

Aprendiendo a vivir

La ópera prima de ficción del director Matan Yair (quien es un premiado novelista) ha tenido un exitoso recorrido por festivales (a destacar que fue Ganadora del premio a Mejor Actor y Mejor Película en el Festival de Cine de Jerusalén, fue seleccionada oficialmente en el Festival de cine de Toronto y se vio en Cannes en una de sus secciones más alternativas llamada ACID). El mismo autor cuenta que la película se basa en cierta manera en sus propias experiencias personales, cosa que no es de extrañar por la universalidad del discurso de esta historia, en la que vemos cómo este joven algo desubicado deberá decidir cómo colocar los andamios de lo que será su vida, en continuo conflicto con lo que su padre espera de él y sus propios deseos.

Una película de esas que te dejan huella, de las que recuerdas y recomiendas para hablar de un tema como las relaciones de poder paternofiliales, la masculinidad tóxica en las relaciones familiares, la presión de la familia y cómo plantarle cara sin salir herido, las formas de ver el mundo en el que vivimos, las taras y beneficios del sistema educativo, y sobre todo el poder de las humanidades para forjar seres humanos íntegros en un mundo en el que no sólo importa generar dinero.

Tu vida es tuya

'Aprendiendo a vivir' es un film redondo, con un protagonista debutante (Asher Lax comparte nombre y apellido con su personaje) como un joven de 17 años que compagina sus últimas semanas de instituto mientras pone andamios para la empresa de su padre. Asher es algo brusco pero también vulnerable y con buen fondo. Por suerte para él, cuenta con un profesor con vocación que entiende su naturaleza y le reta para que vea el mundo de otra manera, casi como otra figura paterna. Por desgracia, el padre de Asher, a quien el chico quiere y cuida, espera de él que herede el negocio y no hace más que restar importancia a cómo éste aprecia los estudios. A destacar también sus partenaires en la cinta: un Yaacov Cohen como un duro padre lleno de matices y Ami Smolartchik como el sensible y paciente profesor.

Aprendiendo a vivir

La película se plantea estas controversias entre los propios conflictos personales y con el mundo exterior, con las cosas que nos laceran por dentro y que no exteriorizamos, y sobre todo con nuestra propia sensibilidad en un mundo que hace especial hincapié en que las cosas de la vida son cuadriculadas, cuando cada uno contamos con nuestra propia naturaleza y forma de ver el mundo, movidos por variados sentimientos.

'Aprendiendo a vivir' da gran valor al poder de la literatura, y no sólo referenciando obras como 'Preguntas a mi padre' de Karl Haendel, tragedias griegas como Antígona o Edipo u otros libros y sus trasfondos, sino también formas literarias como la metáfora, las cuales pone en práctica como por ejemplo en la bella historia sobre un delfín y su destino final, o el hecho de que la película se llame a nivel internacional 'Scaffolding' (que no solo significa colocar andamios sino que se refiere a una forma de educación escolar).

Nota: 9

Lo mejor: Que una ópera prima pueda ser tan redonda, profunda y sensible.

Lo peor: Que al ser un cine tan pequeño, pueda pasar desapercibida esta historia universal.

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